viernes, 16 de diciembre de 2016

Humanidad, Límites, Umbrales, y Destino - Omar Paladini


Los umbrales hacia la "inhumanidad" son fáciles de traspasar en una sociedad que desde que nacemos nos va dando clases, nos va enseñando a comportarnos desde el el egoísmo mas monstruoso.

Monstruosidad que por demasiado vista ya nos va pareciendo parte del paisaje humano como algo "natural".

Monstruosidad del egoísmo dormido en almohada de alienación, de ceguera hacia lo mejor de sí mismo y de los otros.

Sí mismo siempre a la espera en lo profundo para que conectemos con el.

Y desde ese sí mismo profundo podemos conectar con quienes convivimos; "con-vivimos", vivimos con los otros. Otros que son uno mismo en última raíz, no hay dos.

Umbrales a cruzar para llegar a el, a ese sí mismo; traspasando y dejando atrás odios y resentimientos que todo contaminan;

cerrando las puertas que llevan hacia discriminaciones y degradaciones que solo violencia, sufrimiento y muerte generan;

"vanidad de vanidades" que patinan en las imágenes hipnóticas de un mundo de fantasía alucinatoria que nos bloquea la plena vida;

cruzando el umbral hacia la vida plena en el aquí y ahora mismo si es que atendemos a ella y a quienes nos rodean. Amor hacia la vida en toda su expresión con bondad y compasión.

¿Escuchas el sonido de la vida a tu alrededor? Música de las esferas que llega a ti desde lo profundo, voz del silencio desde el cielo vacío de la conciencia pura.

Conciencia pura y mundo. Un mundo donde la intención no basta sino atendemos a la dirección de cada acto.

En cada acto se juega nuestro destino. Desde la bondad y la compasión se conecta con emociones superiores; sin esa conexión superior no se conecta con un nivel más alto de conciencia.

Las emociones superiores trabajan en complementación con ese nivel, es el pilar central en el que se apoya y recibe su energía. La energía vuelve sobre sí misma realimentando positivamente la vida.

Desde un nivel más alto de auto conciencia la vida adquiere significado, rompemos los ciclos de repetición mecánica de viejos errores, abriendo posibilidades a futuro;

y desde la autonomía de una mente despejada de pesos innecesarios, despejada de vanas imágenes y emociones que nada aportan a la vida plena, vamos soltando el lastre de lo que ya cumplió su ciclo y elevamos el rumbo hacia nuevas formas de ser y de vivir.
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