sábado, 7 de mayo de 2016

Realidad y Posibilidad, Conciencia y Mundo - Omar Paladini

Imagen: Rafael Edwards. Árbol de la Vida,
basado en la doctrina impartida por
Silo.

Puede que algo se este incubando en los caminos aparentemente cerrados que la foto del momento actual personal y social nos muestra.

¿Sera como la vemos "la realidad"?

Puede que este llegando el momento de "equivocarnos" distinto a lo que habitualmente hacemos y empezar día a día a equivocarnos mejor, 


y a ir en cada acto estando cada vez más despiertos y cerca de nosotros mismos y de los demás; que dicho sea de paso, de más nunca están. Somos nada sin los otros, nada de nada.

No parece haber dos, sino que en todo lo que nos rodea hay unidad. Fluida unidad moviéndose al compás de la vida.

Y si hay compás, si hay ritmo, podríamos invitar a la vida a bailar con nosotros. Ella siempre esta a la espera de que la invitemos a danzar.

Quizás danzando a su ritmo hasta nos enamoremos de ella. Amar a la vida no es una mala sensación ¿No?

Lo que se viene gestando no es nuevo. Generación tras generación podemos mirar hacia atrás en la historia y ver al ser humano abriéndose paso hacia el futuro aun en las peores condiciones, y a veces ni siquiera nos podemos imaginar ese tipo de experiencias extremas si es que no las hemos vivido aunque más no sea en ínfima proporción.

Quizás no podemos medir lo que las nuevas generaciones hagan a futuro, más ya se está gestando la nueva humanidad.

La conciencia siempre se abre paso. No hay como detenerla. Somos conciencia ¿que más?

Lo interesante, más allá del nihilismo imperante que parece negar toda posibilidad de cambio, es que quizás solo es humo la foto que se nos presenta como “la realidad”..

El momento actual parece cristalizado en el tiempo.

Si esta cristalizado hay dos alternativas: o regresa a un estado anterior (cosa que no creo), o evoluciona o transmuta hacia un estado superior al actual.

Mi opinión es fundamentalista (de fundamento, de raíz). Sin conciencia de sí, sin una consolidación de ella, no se le puede pedir mucho más a la vigilia ordinaria, es una necedad hacerlo (no pedirle peras al olmo dice el dicho popular).

La vigilia ordinaria puede dar mucho en diversos campos, más sin conciencia de sí ni siquiera hemos entrado en un camino que nos lleve más allá de la ordinaria conciencia vigílica cotidiana -muy ordinaria ella-.

Sin conciencia de sí somos llevados de las narices como títeres patéticos de aquí para allá sin sentido ni dirección.

Necesitamos psiquismos polarizados en una dirección. El Árbol de la Vida puede ser muy útil en guiarnos hacia ese destino.

La meta y el destino son dos caras de la misma moneda después de todo.

Lo que importa es el proceso, y cada acto del momento presente.

El destino no esta escrito, lo vamos reescribiendo en cada acto del aquí y ahora.

Quizás sería interesante poner en juego en cada acto lo mejor de nosotros mismos con bondad y compasión.

Quizás nos sorprendería el eco que hay si lo que lanzamos al mundo sale desde lo profundo.

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Notas

La imagen se relaciona con el capitulo "XIX. Los Estados internos", del libro "La Mirada Interna", de Silo - Trilogía "Humanizar la Tierra".

Este escrito se relaciona con lo anterior: "Los Estados Internos" - Charla espontanea dada por Ernesto H. de Casas en Cullera, Valencia en 1986 - Revisado - Mendoza - Mayo-Junio 2015 - V1.2 - 
http://omarpal.blogspot.com.ar/2009/06/los-estados-internos-charla-espontanea.html

Y puede ser de utilidad también leer:
Conciencia y Mundo en Fuga - Ernesto H. de Casas

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