martes, 26 de noviembre de 2013

El Secreto de la Flor de Oro - 7 - El modo viviente del curso circular de la luz - 107 a 108 de 121


El Maestro Lü Dsu dijo:

Cuando se logra paulatinamente poner en marcha el curso circular de la Luz, no debe uno con ello renunciar a su ordinaria vocación.

Los antiguos dijeron: Cuando los asuntos vienen a nosotros, se debe aceptarlos;

cuando las cosas vienen a nosotros, se debe discernirlas hasta el fondo.

Cuando se pone en orden los asuntos mediante pensamientos correctos, la Luz no es desparramada por las cosas externas, sino que gira según su propia ley.

De esa manera se puede poner en ejecución hasta el todavía invisible curso circular de la Luz; mucho más si se trata del auténtico verdadero curso circular de la Luz que ya se ha manifestado claramente.

Cuando se está continuamente, en la vida ordinaria, en estado de reaccionar ante las cosas sólo por reflejos, sin ninguna intromisión de un pensamiento sobre los otros o sobre sí, esto es un curso circular de la Luz resultante de las circunstancias. Éste es el primer secreto.

Cuando por la mañana puede uno liberarse de toda complicación y meditar de una a dos horas dobles, y luego puede orientarse en todas las ocupaciones y frente a todas las cosas externas con un método reflejo puramente objetivo, cuando se prosigue esto sin ninguna interrupción, después de dos o tres meses vienen del Cielo todos los Consumados y santifican tal conducta.

La sección precedente trata de los beatíficos campos en que se entra cuando uno adelanta en el Trabajo. 


Esta sección tiene por objeto mostrar a los aprendices cómo deben dar forma de manera más fina a su Trabajo diariamente, a fin de que puedan esperar una pronta obtención del Elixir de Vida. 

¿Cómo sucede que el Maestro hable precisamente ahora de que no se ha de renunciar a la profesión civil? Se podría pensar, en consecuencia que el Maestro quiere impedir que el aprendiz obtenga pronto el Elixir de Vida. Quien sabe, replica a ello: ¡De ningún modo! El Maestro está inquieto porque el aprendiz todavía no ha colmado su karma, por tal motivo habla así. 

Ahora, cuando el Trabajo ya ha conducido a las beatíficas campiñas, el corazón es como un espejo de agua. Cuando las cosas vienen, refleja cosas; cuando las cosas se van, se aúnan de por sí otra vez espíritu y fuerza, y no se dejan apartar por las cosas externas.

-108- 


Esto es lo que el Maestro da a entender cuando dice: se ha de renunciar completamente a toda intromisión del pensamiento en otros y en sí mismo.

Cuando el aprendiz consigue acabadamente fijarse al espacio de la fuerza mediante el verdadero pensamiento, no tiene necesidad de poner la Luz en circulación, y la Luz gira por sí misma.

Pero cuando la Luz gira, el Elixir se engendra por sí mismo, y nada obstruye que uno lleve simultáneamente a cabo trabajos mundanos.

Otra cosa es, en verdad, al comienzo de la meditación, cuando espíritu y fuerza están aún dispersos y confusos.

Cuando uno no pueda entonces mantener a distancia de sí los asuntos mundanos, y no encuentre un lugar tranquilo donde concentrarse con íntegra fuerza, con lo cual se evite todas las perturbaciones debidas a la ocupación ordinaria quizás uno sea aplicado por la mañana y seguramente perezoso al anochecer: ¿cuánto tiempo habrá de seguirse de esa manera, hasta penetrar los reales secretos?

Por lo tanto se dice: Cuando uno principia a dedicarse al Trabajo, se ha de rechazar todo asunto doméstico. Y cuando eso no resulte por completo, se ha de encargar a alguien que se ocupe de uno, así podrá consagrarse al Trabajo con atención íntegra.

Pero cuando el Trabajo ha avanzado de manera tal que uno vivencia confirmaciones secretas, no importa el que simultáneamente se ponga otra vez en orden los asuntos ordinarios, para cumplir así de este modo el karma. Esto se llama el modo viviente del curso circular de la Luz.

En otros tiempos ha dicho el verdadero hombre de la Luz polar purpúrea (Dsï Yang Dschen Jen) una frase:

"Cuando uno cuida su conducta en mezcla con el mundo y no obstante al unísono con la Luz, entonces lo redondo es redondo y lo anguloso anguloso; entonces vive uno entre los hombres misteriosamente manifiesto, distinto y sin embargo igual, y ninguno puede sondearlo; entonces nadie nota nuestra conducta secreta".

El modo viviente del curso circular de la Luz justamente tiene el sentido de vivir en mezcla con el mundo y no obstante al unísono con la Luz.

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El Secreto de la Flor de Oro
 Prefacio, Introducción, y Comentarios de Carl Gustav Jung
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Texto y explicación por Richard Wilhelm

Origen y contenido del Tai I Gin Hua Dsung Dschï


1. Procedencia del libro. 2. Las premisas psicológicas y cosmológicas de la obra
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Inicio de la traducción del Tai I Gin Hua Dsung Dschï 

 (El secreto de la Flor de Oro) por Richard Wilhelm


2 - El espíritu primordial y el espíritu consciente - http://omarpal.blogspot.com.ar/2013/11/el-secreto-de-la-flor-de-oro-2-el.html

3 - Curso circular de la luz y preservación del centro - http://omarpal.blogspot.com.ar/2013/11/el-secreto-de-la-flor-de-oro-3-curso.html

4 - Curso circular de la luz y ritmificación de la respiración - http://omarpal.blogspot.com.ar/2013/11/el-secreto-de-la-flor-de-oro-4-curso.html

6 - Vivencias confirmativas durante el curso circular de la luz - http://omarpal.blogspot.com.ar/2013/11/el-secreto-de-la-flor-de-oro-6.html

7 - El modo viviente del curso circular de la luz


Mándala realizado por una paciente anónima de Jung antes de 1929,  
fecha de publicación del libro El secreto de la Flor de Oro ilustrado por este dibujo.
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