sábado, 26 de octubre de 2013

Reflexiones vivenciadas sobre la excelencia - OFT


Haz poco y hazlo bien

Hacer el bien no es hacer poco.

No ames lo que haces, hazlo desde el amor.

Busca la perfección sabiéndote eternamente imperfecto.

Si la solución es compleja es que no has llegado a tocar el problema con el corazón.

Si no sabes la solución, no crees más problemas.

Si no te escuchan, no hables.

Si te escuchan demasiado, deja de hablar.

Si se mofan de ti, ríete de ti mismo sin que lo noten.

Si te toman demasiado en serio, ríete de ti mismo delante de ellos.

No sirvas un buen vino en una mala copa.

No juzgues una copa sin haber probado su vino.

La sobriedad sabe del buen vino y de la buena copa.

La verdadera austeridad es fruto de la abundancia, la frugalidad también.

El buen fruto precisa del tiempo exacto de maduración.

No mientas, no manipules, no abuses y no sometas.

No des por dar, da bien.

No ames por amar, ama bien.

No pienses por pensar, piensa bien.

No alimentes miserias, te vuelve miserable.

No intervengas hasta que no seas capaz de reconocerte en todas las partes involucradas y puedas separarte de ellas.

Intervenir no es avasallar.

Intervenir es aportar de forma respetuosa y serena.

El camino hacia la rectitud es sinuoso.

La verticalidad es sumamente importante.

Sé indulgente con la ceguera de corazón.

Sé magnánimo con el dolor.

Sé intransigente con la mezquindad, el abuso, la falta de escrúpulos y el interés.

Recuerda que el estanque agitado se calma solo.

Recuerda que la flor nació sin necesidad de ser mirada.

Contempla las flores.

Recuerda que todo es recuerdo.

No discutas con el ignorante, siempre tendrá la razón de su parte.

Discutir también es una muestra de ignorancia.

Si no sabes, escucha y si sabes, también.

No pidas al cielo abrirse, se abre ajeno a todo deseo.

Ni las estrellas se saben divinas en su brillo, no oses creerte dios en la oscuridad.

El universo entero habita en ti.

Muestra la fuente al sediento.

Muestra el estanque al insaciable.

Muestra el mar al que sólo ve el río.

No seas tormenta ni calma chicha, eso déjaselo a la naturaleza.

Muestra lo que sabes sin pretender enseñar, comparte.

Compensa, no fuerces.

Escucha al maestro, no lo emules, sé tú mismo

Despierta a los maestros y acalla a los aprendices.

Habita un maestro y un aprendiz en cada uno de nosotros.

El buen corazón habita lejos de toda duda y toda verdad, ajeno a él y cercano a sus semejantes.

Sin un punto de amargura, lo dulce es insípido, encuentra el equilibrio.

Sin un punto de humor, la vida es insípida, encuentra el equilibrio.

Sin respeto, el humor puede ser miserable, encuentra el equilibrio.

Sin alegrías, la vida no es vida.

Escúchalo todo sin creerte nada.

Comprométete con tu verdad vivenciada.

Todo es y no es sin necesidad de ser explicado.

Alimenta el espíritu y el pan llega solo.

El respeto, la higiene y el buen hacer ordenan y sanan.

Perdona y sigue caminando, alguien ya lo ha hecho contigo.

Presta atención.

Pon la buena intención en la atención.

No existe el silencio, todo es vibración y música.

La magia no existe, existe la sintonía.

Afina, eres instrumento.

La sensibilidad es el cáliz del espíritu.

La ternura es el cáliz del amor.

Elogia la sencillez.

Sé blando sin perder la forma.

Sé firme sin perder la suavidad.

Sé humilde siendo digno.

Sé digno siendo humilde.

Mira, ve, contempla, escucha, admira, danza, respira, transpira y goza.

Sé feliz.

Sé.

Aplica, en ti mismo, todo lo que ya sabes.
El universo es un eco, de él hacia ti y de ti hacia él.

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