domingo, 21 de octubre de 2012

El Anarquismo ha de ser el humanismo libertario - Jesús Lizano


La ruta del Anarquismo en la que debemos pensar y procurar no es hacia el pasado sino hacia el futuro.

Si sólo hablamos de la ruta hacia el pasado es que el Anarquismo ha terminado. Y eso es lo que piensan muchos.

Pensemos y procuremos la Ruta hacia el futuro. No hay otra Ruta posible. 

Ahora bien: esa Ruta a qué objetivo se dirige, adónde nos lleva. 

Por de pronto, no se trata tan sólo de una Ruta “nuestra, de los anarquistas”, eso nunca lo hemos pensado los anarquistas que pensamos. 

Esa Ruta es la Ruta de nuestra especie a la que debemos incorporarnos todos los que la formamos. 

Esa Ruta nos lleva a la tierra prometida a nuestra libertad de pensar y sentir, al comunismo poético, es decir, superador del comunismo político y del comunismo religioso que, pese a sus indudables aportaciones hacia ese fin, han demostrado no haber podido resolver su dependencia a la lucha por el Poder. 

Nuestra Ruta debe, por lo tanto, distanciarse de todo aquello que pasa por esa lucha, por esos medios.

La Ruta del Anarquismo nunca podría llegar a esa tierra prometida, a la Acracia, a la superación de esta sociedad estructurada en dominantes y dominados, llegar a que todos fuéramos compañeros, todos, sin tener bien claro que el Anarquismo nunca podrá dejar de ser un movimiento rechazado, no conocido, no intuido, no asumido, mientras sea una parte de esa lucha adherida al gran movimiento que lucha por establecer una estructura que no puede salir de la que significa este mundo real político. 

La Ruta del Anarquismo sólo puede dirigirse hacia un mundo real poético, dando a este concepto, insisto, un fondo de humanismo, de realización humana y no sólo ese fondo estético o literario que aún tiene.

La Ruta del Anarquismo hacia la Acracia no podrá ser un hecho si no se advierte que el camino no va por la vida exterior, por el pragmatismo, por el racionalismo, por la mentalización y la manipulación, no digamos el asesinato, por la destrucción, por la masacre.

Llegará por la vida interior, una vez esa vida se haya liberado del irracionalismo que hace imposible su misma vida, es decir la libertad de pensar y sentir.

Lo que esperan los seres humanos, los compañeros de nuestra especie, es una Ruta que precisamente haga posible esa vida interior, esa libertad. 

De ahí que pensara en aquella “Manifestación Poética” frente a tantas manifestaciones políticas que repiten una y otra vez el imperativo de lucha por el Poder, la perpetuación de dominantes y dominados, el olvido de que todos los seres humanos somos únicos, es decir, poseemos una libertad de pensar y sentir. 

Negar esta singularidad es negar toda posible Ruta hacia una Acracia, hacia una forma de vida que supere la que desde que salimos del mundo real salvaje permanece. 

Sólo la libertad de pensar y sentir podrá hacernos compañeros frente a los problemas esenciales comunes y ante el hecho de constituir una misma especie, superando todo lo que nos divide y enfrenta. 

Mientras la idea que se tenga del Anarquismo no salga de los contextos violentos, de la lucha por el Poder, en fin, no podrá ser aceptada, no se verá en la Anarquía “la más alta expresión del orden” sino todo lo contrario. 

No podrá afirmarse: “nuestra patria es el mundo, nuestra familia la humanidad”. 

¿Estoy solo en esta idea, en esta lucha, en esta concepción del Anarquismo? ¿Me equivocaba cuando propuse un Encuentro para estudiar las posibilidades de comenzar en un grado o en otro el asamblearismo?. 

¿Cuándo organicé esa Manifestación Poética? ¿Cuando reuní a compañeros de varias ciudades en Madrid para aproximarnos y conocernos? 

¿Me equivoco cuando hablo de comunismo poético, de Ruta hacia el futuro? 

¿Lo que sobra en medio de tantas columnas políticas de tanta sumisión a la lucha por el poder, es esta columna poética, esta visión de la necesidad de la vida interior, de valorarnos como individuos y no sólo como “organización”? 

¿De llegar a la mente y al sentir libres de los que son por el hecho de ser humanos nuestros compañeros? 

¿Podremos superar todo lo que nos divide y enfrenta continuando unidos a unos que luchan por el poder frente a otros que luchan por lo mismo? No, no creo que esté solo. 

Lo que si creo es que va a ser muy difícil salir de esta mentalización que nos determina, salir de esta Ruta hacia el pasado, hacia el poder, 

pero como libertario y como poeta creo que es posible avanzar hacia el futuro una vez que lográramos clarificar hacia dónde se dirige nuestra especie consciente, creativa y sensible y no sólo planificadora y ejecutiva. 

Y qué es lo que debemos superar de cuanto ahora nos protagoniza.

 Nuestro pasado heroico era lo consecuente al comienzo de nuestro camino. 

Una Ruta no menos heroica hacia el futuro, si nos sirve de algo la experiencia de lo vivido, es lo que nos llama. 

El Anarquismo ha de ser el humanismo libertario y ese humanismo es el que podrá acercarnos al mundo real poético, a la Acracia, a una plenitud humana. 

Un gran abrazo a todos.


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Extraído del muro de Luis Manso Terrorista en Facebook
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