lunes, 21 de noviembre de 2011

Líderes: Ciegos Guiando a Ciegos - Jiddu Krishnamurti


“... Cuando son desdichados, cuando se sienten abatidos, desean que alguien 

-un político, un líder religioso o militar- les ayude, les saque de su desdicha.

Cuando tienen claridad, cuando comprenden, no desean que se les conduzca.

Para mí, todo liderazgo es indicio de deterioro social.

El líder es un elemento destructivo en la sociedad...”

Pregunta.- ¿No puede usted rodearse de seguidores y valerse de ellos convenientemente? ¿Tiene que seguir usted siendo una voz en el desierto?

Krishnamurti.- Bien, ¿qué entienden por seguidores y qué entienden por líder? ¿Por qué siguen a alguien y por qué crean un líder? ¿Cuándo siguen a alguien?

Sólo siguen a alguien cuando están confusos. Cuando son desdichados, cuando se sienten abatidos, desean que alguien -un político, un líder religioso o militar- les ayude, les saque de su desdicha.

Cuando tienen claridad, cuando comprenden, no desean que se les conduzca. Solo desean ser conducidos cuando se hallan en estado de confusión, con todo lo que eso implica.

¿Qué sucede, pues? ¿Cómo pueden ver claramente cuando están confusos? No pudiendo ver claramente, escogerán un líder que también estará confuso.

Eso es lo que está sucediendo en el mundo, y es algo desastroso. Podrá parecer una agudeza, pero no lo es.

¿Cómo puede un hombre ciego escoger un líder? Sólo puede escoger entre los que le rodean.

De igual manera, un hombre confuso puede elegir tan solo un líder que está tan confuso como él.

Y ¿qué sucede? Al estar confuso, es natural que su líder les conduzca a una mayor confusión, a un mayor desastre, a una mayor aflicción. Eso es lo que hoy sucede en el mundo entero.

El líder es un elemento destructivo de la sociedad

¡Por el amor de Dios, señores!, consideren el hecho: se trata de su desgracia.

Les conduce al matadero porque rehúsan ver y eliminar la causa de su propia confusión.

Y como no quieren verla, crean con su confusión los hábiles y astutos líderes que les explotan; porque el líder, al igual que ustedes mismos, busca su propia satisfacción.

Por eso se convierten en una necesidad para el líder y este se convierte en una necesidad para ustedes: es una explotación mutua.

¿Para qué, pues, necesitan un líder? Y ¿puede acaso haber un liderazgo que sea bueno, correcto?

Ustedes y yo podemos ayudarnos mutuamente a disipar nuestra propia confusión, lo cual no significa que yo me convierta en su líder y ustedes en mis seguidores, o que yo sea su maestro y ustedes mis discípulos. Simplemente nos ayudamos unos a otros a comprender la confusión que existe en nuestra propia mente y corazón.

Sólo cuando no quieren comprender la confusión escapan de ella, y entonces acuden a alguien, a un líder o a un gurú. 

Pero si quieren comprenderla, deben prestar atención a la desdicha común, a los dolores, a las aflicciones, a la soledad; y únicamente pueden hacerlo cuando no tratan de encontrar una respuesta, una salida a la confusión.

Consideren la confusión porque ella conduce de por sí a la desdicha; por eso es necesario que comprendan la confusión.

Y cuando la comprenden, cuando la disipan, serán libres como el aire, amarán, no seguirán a nadie, no tendrán líderes; y sólo entonces surgirá la sociedad de la igualdad verdadera, sin clases ni castas.

Buscar un líder demuestra falta de madurez

Señores, ustedes no buscan la verdad. Tratan de hallar solución a alguna dificultad y esa es su desdicha.

Quieren líderes que les dirijan, que les remolquen, que les presionen, que les hagan adaptarse, y eso, inevitablemente, conduce a la destrucción, a mayores sufrimientos.

El sufrimiento es lo que tenemos a la vista y, sin embargo, nos negamos a verlo y queremos “verdaderos” líderes, lo cual significa gran falta de madurez.

Para mí, todo liderazgo es indicio de deterioro social. 

El líder es un elemento destructivo en la sociedad.

No pasen por alto este hecho; considérenlo. Es algo muy serio, sobre todo ahora. El mundo se halla al borde de una catástrofe y se desintegra rápidamente; 

y conformarse con encontrar otro líder, un nuevo Churchill, un Stalin más grande, un Dios diferente, es absolutamente inútil, 

porque el hombre que está confuso no puede escoger sino de acuerdo con los dictados de su propia mente, o sea, de la confusión.

Por lo tanto, de nada sirve buscar un líder, bueno o malo. 

No existe el “buen” líder; todos los líderes son “malos”. 

Lo que tiene que hacer es disipar su propia confusión; 

y la confusión sólo se elimina cuando ustedes mismos se comprenden.

Con el comienzo del conocimiento propio viene la claridad.

Sin conocimiento propio es imposible liberarse de la confusión;

esta es como las olas que una y otra vez llegan a sus pies.

Resulta, pues, muy importante para aquellos que son realmente serios y de buena fe,

el empezar por sí mismos y no buscar liberación ni escape de la confusión.

En el momento en que comprendan la confusión, estarán libres de ella.

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Jiddu Krishnamurti , Vivir de instante en instante, charla pronunciada en Bangalore (India), en 1948. Edaf, 2006.
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