domingo, 23 de octubre de 2011

Ayvu Rapyta. Textos Míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá - León Cádogan - 23-10-2011

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Ayvu Rapyta. Textos Míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá - León Cádogan

Capítulo 1: “Las primitivas costumbres del colibrí” y

Capítulo 2: “El fundamento del lenguaje humano”
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Capítulo 1

Las primitivas costumbres del Colibrí

I

Nuestro Padre último-último primero

para su propio cuerpo creó

de las tinieblas primigenias.

II

Las divinas plantas de los pies,

el pequeño asiento redondo,

en medio de las tinieblas primigenias

los creó, en el curso de su evolución.

III

El reflejo de la divina sabiduría,

el divino oye- lo-todo

las divinas palmas de la mano con la vara insignia,

las creó Ñamandú, en el curso de su evolución,

en medio de las tinieblas primigenias.

IV

De la divina coronilla excelsa

las flores del adorno de plumas

eran gotas de rocío.

Por entre medio de las flores del divino adorno de plumas

el pájaro primigenio, el Colibrí,

volaba, revoloteando.

V

Mientras nuestro Primer Padre

creaba, en curso de su evolución, su divino cuerpo,

existía en medio de los vientos primigenios:

antes de haber concebido su futura morada terrenal,

antes de haber concebido

su futuro firmamento, su futura tierra,

que originariamente surgieron,

el Colibrí le refrescaba la boca;

el que sustentaba a Ñamandú con productos del paraíso

fue el Colibrí.

VI

Nuestro Padre Ñamandú, el Primero,

antes de haber creado, en el curso de su evolución,

su futuro paraíso,

El no vio tinieblas:

aunque el Sol aún no existiera,

El existía iluminado por el reflejo de su propio corazón;

hacía que le sirviese de sol

la sabiduría contenida dentro de su propia divinidad.

VII

El verdadero Padre Ñamandú, el Primero,

existía en medio de los vientos originarios;

en donde paraba a descansar

la Lechuza producía tinieblas:

ya hacía que se tuviese presencia del lecho de las tinieblas.

VIII

Antes de haber el verdadero Padre Ñamandú, el Primero,

creado en el curso de su evolución, su futuro paraíso;

antes de haber creado la primera tierra;

El existía en medio de los vientos originarios:

el viento originario en que existió nuestro Padre

se vuelve a alcanzar

cada vez que se alcanza el tiempo-espacio originario,

cada vez que se llega al resurgimiento

del tiempo-espacio primitivo.

En cuanto termina la época primitiva,

durante el florecimiento del lapacho,

los vientos se mudan al tiempo-espacio nuevo:

ya surgen los vientos nuevos, el espacio nuevo;

se produce la resurrección del tiempo-espacio.
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Capítulo 2

El fundamento del lenguaje humano


I

El verdadero Padre Ñamandú, el Primero,

de una pequeña porción de su propia divinidad,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad

y en virtud de su sabiduría creadora

hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.

II

Habiéndose erguido,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora,

concibió el origen del lenguaje humano.

De la sabiduría contenida en su propia divinidad,

en virtud de su sabiduría creadora

creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano

e hizo que formara parte de su propia divinidad.

Antes de existir la tierra,

en medio de las tinieblas primigenias,

antes de tenerse conocimiento de las cosas,

creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano

hizo el verdadero Primer Padre Ñamandú

que formara parte de su propia divinidad.

III

Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora

concibió el fundamento del amor.

Antes de existir la tierra,

en medio de las tinieblas primigenias,

antes de tenerse conocimiento de las cosas,

y en virtud de su sabiduría creadora

el origen del amor lo concibió.

IV

Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano,

habiendo creado una pequeña porción de amor,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora

el origen de un solo himno sagrado lo creó en su soledad.

Antes de existir la tierra

en medio de las tinieblas originarias,

antes de conocerse las cosas

el origen de un himno sagrado lo creó en su soledad.

V

Habiendo creado, en su soledad,

el fundamento del lenguaje humano;

habiendo creado, en su soledad,

una pequeña porción de amor;

habiendo creado, en su soledad,

un corto himno sagrado,

reflexionó profundamente

sobre quién hacer partícipe

del fundamento del lenguaje humano;

sobre quién hacer partícipe del pequeño amor;

sobre quién hacer partícipe

de las series de palabras que componían

el himno sagrado.

Habiendo reflexionado profundamente,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora

creó a quienes serían compañeros de su divinidad.

VI

Habiendo reflexionado profundamente,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora

creó al (a los) Ñamandú de corazón grande.

Lo creó simultáneamente con el reflejo de su sabiduría.

Antes de existir la tierra,

en medio de las tinieblas originarias,

creó al Ñamandú de corazón grande.

Para padre de sus futuros numerosos hijos,

para verdadero padre de las almas

de sus futuros numerosos hijos

creó al Ñamandú de corazón grande.

VII

A continuación,

de la sabiduría contenida en su propia divinidad,

y en virtud de su sabiduría creadora

al verdadero Padre de los futuros Karaí,

al verdadero Padre de los futuros Jakaira,

al verdadero Padre de los futuros Tupã

les impartió consciencia de la divinidad.

Para verdaderos padres de sus futuros numerosos hijos,

para verdaderos padres de las palabras-almas

de sus futuros numerosos hijos,

les impartió consciencia de la divinidad.

VIII

A continuación,

el verdadero Padre Ñamandú

para situarse frente a su corazón

hizo conocedora de la divinidad

a la futura verdadera madre de los Ñamandú;

Karaí Ru Eté

hizo conocedora de la divinidad

a quien se situaría frente a su corazón

a la futura verdadera madre de los Karaí.

Jakaira Ru Eté, en la misma manera,

para situarse frente a su corazón

hizo conocedora de la divinidad

a la verdadera Madre de los Jakaira.

Tupã Ru Eté, en la misma manera,

a la que se situaría frente a su corazón,

hizo conocedora de la divinidad

a la verdadera futura Madre de los Tupã

IX

Por haber ellos asimilado

la sabiduría divina de su propio Primer Padre;

después de haber asimilado el lenguaje humano;

después de haberse inspirado en el amor al prójimo;

después de haber asimilado las series de palabras

del himno sagrado;

después de haberse inspirado en los fundamentos

de la sabiduría creadora,

a ellos también llamamos:

excelsos verdaderos padres de las palabras-almas;

excelsas verdaderas madres de las palabras-almas.
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Bibliografía

Ø Ayvu Rapyta. Textos míticos de los Mbya-Guaraní del Guaira.

§ Primera edición: León Cádogan, Ayvu Rapyta; Textos míticos de los Mbya-Guaraníes del Guairá; Boletim N° 227 –Antropología N° 5 – São Paulo – Universidade de São Paulo, Faculdade de Filosofía, Ciencias e Letras, 1.959.

§ Segunda edición: Asunción, 1.992.

§ Tercera edición: Asunción, 1.997 (reimpresión)

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Extraído de: www.cronicasinmal.blogspot.com/2011/03/ayvu-rapyta-textos-miticos-de-los-mbya.html
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