viernes, 11 de diciembre de 2009

Todavia hay futuro. Reflexiones - Ernesto H. de Casas. Junio 07, 1997


La reflexión es una actividad mental que nos permite considerar un tema para sacar conclusiones,

pero básicamente para comprenderlo a fondo,

un poco aquello del Principio

"Los conflictos desaparecen cuando se los comprenden en su última raíz"

Así, no se puede reflexionar en el vacío y sin propósito.

Importa pues el tema y hacerlo con la finalidad de lograr una comprensión profunda y amplia, a fin de producirse después los cambios necesarios.

En las reflexiones cotidianas consideramos los temas que más nos tocan de vivir diariamente,

el trabajo, los estudios, la familia, los vecinos, los grupos, las nuevas amistades, los planes, los proyectos.

A) Reflexiones cotidianas

Nos permiten evaluar, mejorar, comprendiendo mejor la acción diaria y sentar mejores condiciones personales para tomar las decisiones que sean necesarias.

Ejemplos:

a) El día

Reviso mentalmente como ha ido mi día, como lo he llevado, que aspectos han sido más duros o más complejos y cuáles más sencillos.

b) Las relaciones

Reviso mentalmente como van mis relaciones, si van a más o a menos, si aumentan o disminuyen las tensiones.

Veo qué hace que algunas relaciones sean muy fluidas y otras no tanto.

c) Los afectos

Reviso mis afectos, como van, como avanzan, como se mantienen, como se extienden.

d) La reciprocidad

Verifico tanto en mis relaciones como en mis afectos la reciprocidad; veo que la falta de reciprocidad debilita la relación o el afecto y el intercambio y relación recíproca refuerza los vínculos y, con ello, las cosas que se pueden hacer juntos.

e) Lo nuevo

Observo con detenimiento todo lo nuevo que empieza a darse en mis días, los contactos, las posibilidades, las nuevas puertas que pueden abrirse, en general y en particular.

f) Mi obra

Esta reflexión es muy importante porque al delimitar el campo de lo que estoy construyendo, puedo reflexionar sobre todos sus aspectos, sin dejar nada 'por sentado o por supuesto' y sin dejar las cosas 'para mañana'...

"Ama la realidad que construyes" nos proponen, esa es mi obra:

la realidad que construyo, para mi y para otros y con otros.

Evalúo entonces y refuerzo mi construcción.

B) Reflexiones activas

El primer tipo de reflexión que presentamos nos facilita tomar contacto con estas formas de trabajo de desarrollo personal y nos permite tomar contacto con nosotros mismos ampliando la percepción interna que tenemos, con los cual nos habilita a ir adoptando una forma más activa de reflexionar.

Esta forma se basa en la 'acción reflexiva', la cual consiste en reflexionar a partir de acciones llevadas a cabo o por implementarse.

Así, cuando realizamos actos importantes podemos preguntarnos:

lo repetiríamos?, nos ha gustado?, ha sido unitivo para nosotros?,

ha sido coherente con lo que pensamos y sentimos?

Esto nos va permitiendo comprender mejor lo que hacemos y lo que haremos...

con lo cual, podemos realizar mejores resoluciones en nuestro hacer.

1- La coherencia

Esta reflexión nos hace ver como sentimos, actuamos y pensamos en la misma dirección,

comprendiendo como muchas veces pensamos hacer una cosa,

pero sentimos de modo diferente

y finalmente actuamos de una manera totalmente opuesta o sin relación alguna.

Con los cual nos sentimos mal, sin fuerza, sin dirección y sin 'ganas de hacer nada', es decir, no nos atrevemos a emprender nuevas acciones.

Mientras que, la acción coherente,

en la cual coinciden las imágenes, el pensar, los sentimientos y los actos que acometemos,

es un actuar firme, que nos fortalece, nos mejora en nuestra acción en el medio y relación con los demás, nos aumenta la capacidad de emprender nuevas acciones y nos habilita para proyectos cada vez mayores.

2- El trato coherente

En la acción coherente el trato a los demás como quiero que me traten esta incluido. Comprobando así que estos son, verdaderamente 'los dos pilares' de la coherencia, el pensar, sentir y actuar en la misma dirección y tratar a los demás según queremos ser tratados. Esta es una forma libre, posibilista, que permite ser consecuente con nosotros mismos.

Lo contrario nos lleva a traicionarnos a nosotros mismos, y a diversas formas y grados de maltrato a los demás, el cual regresa sobre nosotros y nos deja dolidos, agobiados, aumentándose cada vez el aislamiento.

El trato coherente nos lleva a estar siempre con los demás de un modo activo, de un modo lúcido, intencionando conductas que nos lleven a buen destino.

3. Querer vivir

Se trata de saber, o mejor aún, decidir en qué condiciones queremos vivir esto nos lleva a emplazarnos de otro modo en la vida, a predisponernos de otra manera y, por sobretodo a intencionar nuevas cosas, de forma resolutiva y sin demoras.

Vivir de otro modo es decidirse a llevar adelante muchas cosas postergadas, otras no emprendidas debidamente y es también tener en lo alto muy claramente nuestras aspiraciones de coherencia en la vida de todos los días.

Las aspiraciones de vida fundadas en las propuestas del sistema, que aparece en el bombardeo de imágenes cotidianas, suman problemas, más que soluciones, pues son todos anhelos ilusorios, llenos de engañosas figuras, de falsas promesas, de espejismos.

Las aspiraciones han de constatarse con nuestros registros de coherencia y hemos de tener fe en estos registros, en nuestras convicciones profundas y no una fe ingenua en promesas viciadas.

4. Actitudes

De alguna manera todo lo que hacemos, lo que aspiramos, está estrechamente vinculado a nuestras actitudes, donde podemos encontrar una actitud central, que es nuestra principal predisposición al mundo, a los demás a los trabajos a realizar.

Esta actitud cuando es solidaria, cuando es constructiva nos lleva, precisamente a la actitud humanista por excelencia que es la que queremos encontrar en todas las personas, aunque sea de modo incipiente, para después desarrollarla.

Esta actitud exalta el valor humano como lo central, afirma la igualdad de las personas, reconoce la diversidad social, cultural, lleva superar lo aceptado continuamente, y propone rechazo absoluto a la violencia y la discriminación.

Crisis y Proyecto

Cuando estamos en crisis no hay nada que nos pueda sacar mas rápidamente que un buen proyecto. Un proyecto sentido, querido, elaborado y puesto en marcha con decisión.

Las crisis enseñan mucho, así es que mientras más podamos aprender es mejor, pero de nada vale si no ponemos en marcha un proyecto de interés.

Esto lo podemos cotejar en analogía con la puesta en el espacio de una nave espacial.

Los primeros pasos pues son difíciles,

la inercia de la etapa anterior impide partir,

por eso en estos grandes esfuerzos iniciales lo necesario es una enorme fuerza de propulsión, con su consecuente abastecimiento energético,

luego en otra etapa ya se puede entrar en "órbita" y el avance es más fácil,

después ya e órbita muchas cosas funcionan casi solas y se presentan muchas posibilidades de expansión.

De modo que el primer paso, de comenzar, de partir necesita de grandes esfuerzos y, también, de grandes ayudas.

Ya una vez en órbita las cosas son de otro modo.

Un proyecto es algo tendido al mañana, al futuro, que es lo que cuenta,

el pasado es eso, algo que ya no esta, aunque queden los recuerdos, muchos de los cuales distorsionan las cosas.

El futuro es algo aparentemente inalcanzable, pero imprescindible de planificar.

Cada acto de conciencia está referido al próximo paso, al futuro, largo o corto.

Así, ante una crisis, un proyecto, esto nos irá haciendo avanzar de todas maneras.

Es conveniente también diferenciar proyectos de ensueños,

mientras éstos nos llevan por el mundo de las fantasías compensatorias,

los proyectos nos hacen superar dificultades,

nos hacen ver las cosas con más criterio de realidad y,

en suma, nos dan un crecimiento interno

a la vez que fortalece nuestra capacidad de hacer en el mundo y con los demás.
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