martes, 17 de julio de 2007

TGS. Diccionario.Letras: S, T y V. Fin


67.- SEGREGACION

Propiedad formal de los sistemas según la cual las interacciones entre sus elementos van disminuyendo con el tiempo. Tal característica parece desacostumbrada en los sistemas físicos, pero es común y fundamental en sistemas biológicos, psicológicos y sociológicos (70).

Segregación significa separación. La segregación progresiva implica pasar de un estado inicial de totalidad, a otro estado de independencia entre los elementos. El estado primario es el de un sistema unitario, que se va escindiendo gradualmente en cadenas causales independientes (70). Esto significa que los elementos van circunscribiendo cada vez más su radio de interacción, de forma tal que terminan 'agrupados' en conjuntos relativamente aislados entre sí y en los cuales se relacionan mucho más entre ellos que con respecto a otros elementos de otros conjuntos.

Mientras los sistemas físicos tales como átomos, moléculas o cristales resultan de la 'unión' de elementos preexistentes, en contraste los sistemas biológicos se constituyen por 'diferenciación' de un todo original que se segrega en partes. Por ejemplo, en el desarrollo embrionario el germen pasa de un estado de equipotencialidad, a otro donde se comporta como un conjunto de regiones que se desarrollan independientemente originando órganos definidos (70, 71).

El término 'equipotencialidad' empleado por von Bertalanffy alude al hecho de que al comienzo del desarrollo embrionario todas las células son equipotenciales, vale decir, tienen el mismo potencial para generar estructuras de forma tal que, en caso de destrucción experimental de algunas de ellas, pueden ser fácilmente reemplazada por las otras. Si cortamos por la mitad el huevo cigota del erizo de mar, de cada mitad podrá desarrollarse un organismo entero.

Y así, mientras más partes se especializan de determinado modo, más irreemplazables resultan, y la pérdida de partes puede llevar a la desintegración del sistema total. En lenguaje aristotélico, toda evolución, al desplegar alguna potencialidad, aniquila en capullo muchas otras posibilidades. El progreso sólo es posible por subdivisión de una acción inicialmente unitaria en acciones de partes especializadas, y desde ya que esto implica un empobrecimiento, es decir, una pérdida de posibilidades que aún subsistían en el estado inicial indeterminado (72).

La segregación propgresiva se ve también en el desarrollo filogenético, en la especialización de la ciencia, en la vida cotidiana, y también en el comportamiento, donde vemos una transición gradual de la conducta de conjunto hacia la conducta sumativa (72, 73).

La razón del predominio de la segregación en la naturaleza viviente parece ser que la segregación en sistemas parciales subordinados implica un aumento de complejidad en el sistema. Semejante tránsito hacia un orden superior presupone suministro de energía, y esto a su vez la condición que el sistema sea abierto, es decir, que pueda tomar energía del medio circundante (71).


68.- SIMBOLISMO

La actividad simbólica es frecuentemente reconocida como la gran diferencia del hombre con las demás especies (226), y la cultura, como sistema de símbolos o universo simbólico se encuentra estrechamente ligada a la evolución del lenguaje y la formación de conceptos (268).

1. Concepto.- Von Bertalanffy indica que la especificidad de la condición humana no tiene una relación necesaria con la racionalidad, sino con la capacidad exclusiva del hombre de crear símbolos y ser dominado por ellos. Este criterio es reconocido por biólogos, por fisiólogos pavlovianos, por psiquiatras como Appleby, Arieti y Goldstein, y por filósofos como E. Cassirer (226).

Si bien en el mundo animal se observa 'lenguaje' (como por ejemplo el canto de las aves), sólo en el hombre el lenguaje funciona como representación y comunicación de hechos y como sistema de símbolos no heredados sino libremente creados y transmitidos por tradición. En tal sentido, el lenguaje no sólo comprende la palabra hablada sino también la escritura y el lenguaje matemático.

2. Ejemplos.- Sin intentar una definición precisa de actividad simbólica, von Bertalanffy cita un repertorio de nociones que suelen utilizarse para caracterizar la conducta humana y que son consecuencias o aspectos diferentes de aquella actividad. Entre ellas, sobresalen las siguientes: a) cultura y civilización, b) creatividad en contraste con la percepción pasiva, c) objetivación, tanto de la realidad como del sí mísmo, d) visión del pasado y del porvenir, e) intencionalidad como planeamiento conciente, f) temor a la muerte y suicidio, g) devoción a una causa, h) afán de autotrascendencia, i) códigos morales, superyo, disimulo, mentira, j) la experimentación mental, que se realiza mediante símbolos conceptuales por oposición al ensayo-error físico, tan típico del comportamiento animal, etc.(226, 269).

Todas estas características están sostenidas por los universos simbólicos, y no pueden ser explicadas por simples pulsiones biológicas, instintos psicoanalíticos, reforzamiento de gratificaciones u otros factores biológicos Mientras los valores biológicos conciernen a la conservación del individuo o la especie, los valores propiamente humanos están vinculados a la actividad simbólica. De hecho, muchas perturbaciones mentales son perturbaciones de las funciones simbólicas, ya que la enfermedad mental es un fenómeno específicamente humano (227).

3. Simbolismo y autonomía.- Von Bertalanffy menciona, finalmente, una característica única y muy importante de la actividad simbólica: su autonomía relativa. El mundo simbólico creado por el hombre es capaz de adquirir vida propia, por así decirlo: se torna más inteligente que su creador.

Al respecto, von Bertalanffy cita el ejemplo del sistema simbólico de la matemática, el cual está encarnado en una enorme máquina de pensar que, cuando se le administra un enunciado, produce una solución en base a un proceso fijo de concatenación de símbolos que hubiera sido difícil de prever. En otros términos, una vez introducidas las instrucciones adecuadas, la maquinaria matemática funciona por sí sola, dando resultados inesperados que sobrepasan el volumen inicial de hechos y reglas de donde se partió originalmente. Tal ocurre con cualquier predicción algorítmica (como por ejemplo un razonamiento deductivo) o con cualquier predicción sobre los hechos del mundo, como el de un nuevo elemento químico o el de un nuevo planeta, cuyas existencias pueden ser predichas sobre la base de una fórmula matemática. Esta sustitución de la experiencia directa por un sistema algorítmico que marcha solo, está estrechamente relacionada con la progresiva desantropomorfización de la ciencia (257, 269), cuestión esta última desarrollada con mayor detalle en el artículo Categoría.


69.- SISTEMA

Un sistema es un complejo de elementos en interacción. 'Interacción' significa que un elemento cualquiera se comportará de manera diferente si se relaciona con otro elemento distinto dentro del mismo sistema. Si los comportamientos en ambas relaciones no difieren, no hay interacción, y por tanto tampoco hay sistema (56).

Los sistemas pueden clasificarse de varias maneras diferentes, siendo la más importante aquella que los tipifica como sistemas cerrados y sistemas abiertos.

1. Definición.- Von Bertalanffy define sistema como un complejo o un conjunto de elementos interactuantes, definición que reitera permanentemente a lo largo de su obra. Así entendida, esta importante noción puede parecer un concepto pálido, abstracto, vacío (196), o bien una noción tan general y vaga que no hubiera gran cosa que aprender de ella (38). Sin embargo, encierra un sentido oculto con explosivas potencialidades, según la misma expresión de von Bertalanffy.

Ejemplos de sistemas son por ejemplo un ser vivo, una célula, un planeta, una reacción química, la personalidad, etc., pero el prototipo de su descripción (18) es un conjunto de ecuaciones diferenciales simultáneas. Este modelo matemático tiene la desventaja de que prescinde de condiciones espaciales y temporales, tal como las tienen los sistemas que hemos dado como ejemplos (para ello habría que modificar el sistema matemático propuesto transformándolo en ciertas ecuaciones íntegrodiferenciales). La gran ventaja es, sin embargo, que el análisis del sistema de ecuaciones diferenciales simultáneas permite discutir y aclarar varias de las propiedades generales de sistemas (56, 57) como por ejemplo el crecimiento, la competencia (o lucha entre las partes), totalidad, sumatividad física, sumatividad matemática, segregación progresiva, centralización y mecanización progresiva, orden jerárquico, finalidad.

Estas características -o al menos algunas de ellas- se llaman también principios, ya que rigen el funcionamiento de todo sistema y pueden ser detectados no sólo en el modelo matemático que sirvió a von Bertalanffy para describir un sistema, sino también (89) en diferentes campos de la ciencia natural, la psicología y la sociología.

Por consiguiente, un sistema es un modelo de carácter general, y alude a características muy genéricas compartidas por gran número de entidades que acostumbraban a ser tratadas por diferentes disciplinas (262). Todas esas características pueden formalizarse en un sistema matemático: a fin de cuentas, como dice von Bertalanffy, la TGS es una 'ciencia lógico-matemática de la totalidad', y su desarrollo rigurosamente 'técnico' y matemático, aunque no sean desdeñables las descripciones y los modelos 'verbales'. De hecho hay que 'ver' intuitivamente, hay que reconocer los problemas antes de intentar formalizarlos matemáticamente. De otra manera el formalismo matemático quizá llegue a impedir la exploración de problemas muy 'reales' (267).

2. Descripción interna y externa.- En el contexto de la llamada teoría dinámica de los sistemas (que se ocupa de los cambios en los sistemas con el tiempo), hay dos modos principales de descripción: la descripción interna y la descripción externa.

La descripción interna investiga las relaciones entre los mismos elementos del sistema, y ha sido el objeto de estudio de la teoría 'clásica' de los sistemas. Define un sistema a partir de un conjunto de variables de estado, y su cambio a partir de cómo estas variables, al interactuar entre sí, van determinando la evolución temporal del sistema (264).

La descripción externa investiga las relaciones del sistema considerado globalmente, con el medio circundante, y por lo tanto el sistema es concebido como una 'caja negra' (no se atienden a las relaciones entre sus elementos, indagadas por la descripción interna), y descripto en términos de entradas y salidas (266).

En suma: la descripción interna es esencialmente 'estructural': procura describir el comportamiento del sistema en términos de variables de estado y de su interdependencia. La descripción externa es 'funcional', describe el comportamiento del sistema por su interacción con el medio (267). Por ejemplo, una célula es un sistema. Como tal está compuesta por diversos elementos, como pueden ser el núcleo, el retículo endoplásmico, las mitocondrias, el aparato de Golgi, los nutrientes, etc. Entre ellos se establecen relaciones estructurales, atendidas por la descripción interna de la célula. Sin embargo, la célula como totalidad está también relacionada con otras células, con el tejido, con el órgano y con el aparato donde la célula está localizada, llamadas relaciones funcionales.

Estructura y función no son independientes: en la medida que el sistema se vincula con el medio, sus relaciones internas cambian, y en la medida que estas cambian, ello repecute en su relación con el medio. Esta interdependencia aparece patentizada especialmente en los sistemas abiertos. Piaget, por ejemplo, han insistido en la interdependencia entre organización y adaptación. En la teoría piagetiana de la inteligencia, la 'organización' aparece en la descripción interna o estructural según terminología de la TGS, y la 'adaptación' en la descripción externa o funcional, según terminología de la misma teoría de von Bertalanffy.

3. Límites.- Si de describir externamente un sistema se trata, ¿dónde empieza y dónde termina un sistema? Von Bertalanffy indica que todo sistema como entidad investigable por derecho propio debe tener límites, espaciales o dinámicos (225). Estrictamente hablando, los límites espaciales sólo se ven en la observación ingenua, ya que en rigor todos los límites son en realidad dinámicos. Es imposible señalar con exactitud los límites de un átomo (con valencias saliéndole, digamos, para atraer a otros átomos), de una piedra (agregado de moléculas y átomos consistente más que nada en espacio vacío, con partículas separadas por distancias enormes), o de un organismo (que continuamente intercambia materia con el medio).

En psicología, los límites del yo son tan fundamentales como precarios, y se van estableciendo con el desarrollo, no quedando nunca fijos por completo. En psicopatología se exhibe la paradoja de que los límites del yo sean a la vez demasiado fluídos y demasiado rígidos. Las alucinaciones, por ejemplo, provocan una inseguridad en los límites del yo.

4. Clasificación.- Von Bertalanffy propone o sugiere varios criterios para clasificar los sistemas, que resumiremos a continuación.

a) Según el sector de la realidad y/o según la ciencia que los estudian, los sistemas pueden ser biológicos, neurológicos, psicológicos, sociales, etc. (44), todos ellos englobables dentro de los llamados sistemas vivos (136). Habría entonces también sistemas no-vivos, como por ejemplo un sistema matemático o un sistema físico-químico, en la medida en que a éste último no lo consideremos en relación con procesos vitales.

b) Según el nivel de observación, los sistemas pueden ser reales y conceptuales (XV, XVI). Sistemas reales son entidades percibidas en la observación o inferidas de ésta, y que existen independientemente del observador. Por ejemplo una galaxia, un perro, una célula o un átomo. Sistemas conceptuales son ante todo construcciones simbólicas, como por ejemplo la lógica, las matemáticas, y hasta la música. Dentro de los sistemas conceptuales hay una subclase especialmente importante, que son los sistemas abstraídos, es decir, sistemas conceptuales correspondientes a la realidad y estudiados por las diferentes ciencias, naturales o sociales.

La distinción entre sistemas reales y conceptuales no es tan nítida como pudiera creerse, y no son problemas sencillos de resolver. Un ecosistema o un sistema social es bien 'real', según apreciamos en carne propia cuando por ejemplo el ecosistema es perturbado por la contaminación, pero al mismo tiempo puede ser concebido como un sistema conceptual por cuanto los datos no son simples impresiones sensoriales sino que están organizados o construídos mentalmente sobre la base de determinantes lingüísticos, culturales, gestálticos, etc. (Ver Categoría).

c) Según su apertura al medio, los sistemas pueden ser cerrados o abiertos, siendo esta la clasificación que más desarrolla y detalla von Bertalanffy. Un sistema abierto es definido (146) como un sistema que intercambia materia [y consiguientemente energía] con el medio circundante, que exhibe importación y exportación, formación y degradación de sus componentes materiales. El sistema cerrado se considera aislado del exterior, no intercambiando materia con él. Un sistema puede recibir desde afuera información, como el caso de los sistemas retroalimentados, sin que ello implique recibir materia. Un tal sistema (100, 169) sería abierto desde el punto de vista de la información, pero cerrado desde el punto de vista material, energético o entrópico, siendo éste último enfoque el que tomará von Bertalanffy para definir sistema cerrado o abierto. A partir de estas definiciones se desarrollan toda una serie de características diferentes en cada tipo de sistema. Dada la amplitud con que este tema es tratado, remitimos al lector a los correspondientes artículos del presente volumen (ver Sistema abierto, Sistema cerrado).

d) Según el modo de concebirlo según una u otra teoría, los sistemas pueden ser pasivos o activos. calificaciones estas que se aplican especialmente en psicología. Así, las teorías del hombre-robot conciben el psiquismo como una entidad pasiva, que busca reducir tensiones y evitar la estimulación desequilibrante, mientras que las nuevas orientaciones conciben a la personalidad (202, 217) más como un sistema esencialmente activo (ver Personalidad).

5. Propiedades formales.- Más allá de las propiedades típicas de cada tipo de sistema von Bertalanffy, al comienzo de su desarrollo de la TGS ha establecido ciertas propiedades formales de todo sistema, y que también ha designado como ´principios generales' o 'principios de Bertalanffy' (99). Sin la pretensión de ser exhaustivo al respecto, este autor ha ilustrado estos principios a partir de otras tantas propiedades de las ecuaciones diferenciales simultáneas (57), que en sí mísmas ya son sistemas matemáticos. La denominación 'formales' apunta mostrar que tales principios son a priori, es decir, independientes de su interpretación física, química, biológica, sociológica, etc (65). No obstante resultan ser intuitivamente accesibles, sin aspirar al rigor y la generalidad matemática (55). Von Bertalanffy subrayará, unos veinte años después de haber formulado estos principios, que un sistema de ecuaciones diferenciales simultáneas no es en modo alguno la formulación más general, y que la ha escogido sólo con propósitos ilustrativos (100). Con los ulteriores progresos en la TGS y con la distinción más detallada entre sistemas abiertos y cerrados, algunas de las llamadas propiedades formales de los sistemas se han revelado ora como predominantes, ora como exclusivas de cierto tipo de sistema (no de 'todos' los sistemas).

Prescindiendo entonces de los tecnicismos matemáticos, definiremos cada una de las propiedades formales de los sistemas tal como fueron formuladas originalmente, del siguiente modo:

a) Crecimiento.- Propiedad según la cual los sistemas tienden a aumentar o a disminuír su cantidad de elementos, es decir, que el crecimiento podrá ser positivo o negativo. Tal incremento o decremento no ocurre al azar sino de acuerdo a ciertas leyes, como por ejemplo la ley exponencial o la ley logística, y son aplicables a un gran número de sistemas: el crecimiento individual de ciertas bacterias y animales, la variación cuantitativa de poblaciones, el aumento del conocimiento científico a partir del número de publicaciones, las reacciones autocatalíticas donde el producto formado acelera su propia producción, etc (62 a 65).

b) Competencia.- La competencia puede ser descripta, cuando no hay interacción entre partes, mediante ecuaciones alométricas. Nos interesa sin embargo aquí especialmente el caso donde los elementos interactúan entre sí compitiendo, como por ejemplo la competencia entre especies animales, o entre el depredador y la presa, etc. Tal competencia hace que las poblaciones aumenten y decrezcan de acuerdo a ciertas leyes, tendiendo a estabilizarse alrededor de un valor medio (65 a 68).

c) Totalidad.- Propiedad según la cual el sistema se conduce como un todo, es decir que los cambios en cada elemento dependen de todos los demás. Así, un elemento A cambia por influencia de los otros elementos, y a su vez provoca un cambio en todos los demás elementos y en el sistema total (68).

d) Sumatividad.- En oposición a la propiedad anterior, la sumatividad indica que los elementos no se influyen mutuamente, siendo independientes entre sí. En otras palabras, la variación del complejo total es la suma de las variaciones en sus elementos, o también, el todo equivale a la suma de las partes, a diferencia de la propiedad de la totalidad, donde debido a la interacción entre las partes, el todo resulta ser diferente a su mera suma.

Según se aplique a sistemas físicos o matemáticos, tendremos una sumatividad física o una matemática. El primer caso resulta especialmente importante para la TGS. En la realidad encontramos sistemas que tiene la propiedad de la sumatividad, como puede serlo un montón de ladrillos, pero en muchos otros casos no ocurre lo mismo, como en las gestalten. No está de más subrayar también el carácter no sumativo de los sistemas biológicos, por ejemplo. Sin embargo, el principio de sumatividad es aplicable al organismo vivo pero hasta cierto punto, es decir, a ciertos sub-sistemas del mismo altamente mecanizados, como la palpitación del corazón, casi enteramente igual tanto si se lo estudia en el organismo como aislado de él (68 a 70).

e) Segregación progresiva y mecanización progresiva.- Propiedad de los sistemas según la cual las interacciones entre sus elementos disminuyen con el tiempo. Caso desacostumbrado en los sistemas físicos, es común y fundamental en sistemas biológicos, psicológicos y sociológicos.

También puede decirse que la segregación progresiva es el proceso por el cual un sistema pasa del estado de totalidad (propiedad 3) a un estado de independencia de los elementos: el sistema va escindiéndose, separándose o segregándose gradualmente en cadenas causales independientes, con lo cual dejan de interactuar dinámicamente 'todos con todos' (70 a 73).

Así por ejemplo, en el desarrollo del sistema nervioso y de la conducta, partiendo de acciones de cuerpo entero o de grandes regiones, se pasa luego de a poco al establecimiento de centros definidos y arcos reflejos localizados.

Este principio destaca la idea de que hay seis procesos íntimamente vinculados entre sí: la segregación, la diferenciación, la especialización, la complejización, la mecanización, y la pérdida de regulabilidad, siendo todos ellos, en el caso de los sistemas biológicos, psicológicos y sociales, progresivos o crecientes. Ello significa que a medida que aumenta la diferenciación y la especialización, aumenta también la segregación, la mecanización y la complejización, y en la medida que el sistema va mecanizándose, va perdiendo regulabilidad, pasando paulatinamente de las regulaciones primarias a las regulaciones secundarias (ver Regulación).

f) Centralización e individualización progresiva.- Paralelamente a los anteriores procesos, ocurre también una centralización y una individualización progresivas. A medida que las partes van diferenciándose, unas empiezan a dirigir o a dominar a las otras, es decir, se constituyen en 'partes conductoras' o centros conductores (centralización). Así por ejemplo, conforme evoluciona el sistema nervioso, se observa que algunas partes pasan a controlar a las otras (los centros superiores a los inferiores), mientras que en estadios muy primitivos de este sistema no se advierte esto, como en el caso de los sistemas nerviosos difusos de animales inferiores, constituídos por una red nerviosa homogénea. Durante el desarrollo embrionario, del mismo modo, ciertas partes empiezan a estar privilegiadas, dirigiendo el desarrollo de las demás partes: son los llamados 'organizadores'.

Correlativamente con la centralización, el organismo va individualizándose, es decir, haciéndose 'único', individual. Von Bertalanffy define precisamernte individuo como un sistema centrado, lo cual de hecho es un caso límite al cual tienden el desarrollo y la evolución, de modo que el organismo se vuelve cada vez más unificado e 'indivisible'. La relación entre centralización e individualización es evidente: en la medida que todas las partes pasan a depender de otra parte central, el todo queda unificado en torno de esta última (73 a 76).

g) Orden jerárquico.- Los sistemas están frecuentemente estructurados de modo tal que sus partes son a su vez sistemas del nivel inmediato inferior. Aunque von Bertalanffy no suele utilizar el término, podríamos decir que los sistemas se organizan en 'sub-sistemas', etc., y así sucesivamente. Desde ya, en la dirección opuesta habrá también 'supra-sistemas', es decir, sistemas formados por sistemas.

Semejante estructura jerárquica es característica de la realidad como un todo y tiene fundamental importancia eespecialmente en biología, psicología y sociología (76, 77).

h) 'Diversidad'.- Este principio, que aquí podríamos llamar principio de diversidad, afirma simplemente que no hay una única clase de sistemas (77). La clasificación más importante los divide en sistemas cerrados y sistemas abiertos, cada cual con sus propiedades específicas (ver los respectivos artículos).

i) Finalidad.- A medida que evolucionan, los sistemas están o parecen estar orientados hacia un fin, como por ejemplo mantener constanrte alguna variable (directividad estructural u homeostasis). Hay sin embargo otros tipos de finalidad más típicas de los sistemas biológicos, como la equifinalidad, o de los sistemas psicológicos como la intencionalidad (77 a 82).

Para una ampliación de todos estos principios, remitimos al lector a los artículos respectivos. Aquí completamos nuestra explicación afirmando que, si bien von Bertalanffy enunció estos principios sin pretender ser exhaustivo, dicho repaso demostró ser notablemente completo. Salvando variaciones secundarias en cuanto a terminología, no han sido agregados más principios de significación comparable, por deseable que esto hubiese sido (99). Aún así, consideramos conveniente agregar a las propiedades formales explícitamente enunciadas por von Bertalanffy, también la estabilidad y la adaptación.

6. Sistema y modelo.- Si se enfatizan y desarrollan alguno o algunos de los principios indicados en el ítem anterior a ciertas áreas de la realidad, se obtienen ciertos modelos específicos. Por ejemplo en el campo del metabolismo cuantitativo, si enfatizamos el principio del crecimiento se obtendrán modelos como el alométrico, o incluso otro modelo propuesto por el mismo von Bertalanffy (ver Crecimiento). Asimismo, si enfatizamos el principio de finalidad, se podrán desarrollar modelos del organismo como sistema abierto y estado uniforme, o modelos de homeostasis (162).


70.- SISTEMA ABIERTO

Todo sistema que intercambia materia (y por tanto, energía) con el medio circundante, que exhibe importación y exportación, constitución y degradación de sus componentes materiales (146). Los sistemas abiertos poseen ciertas características propias tales como la tendencia hacia un estado uniforme, la entropía negativa, o tendencia hacia grados crecientes de complejidad y organización y hacia estados de máxima improbabilidad, la presencia de procesos irreversibles etc. Ejemplos: los seres vivos, la personalidad, la familia, las sociedades, etc.

1. Aspectos históricos.- Tradicionalmente, la físico-química se ocupa de sistemas cerrados, pero en décadas recientes ha sido necesario ampliar esta perspectiva a propósito del estudio de sistemas biológicos, psicológicos y sociales, que deben ser entendidos como sistemas abiertos con estados y procesos especiales: estados de desequilibrio (o estados uniformes), y procesos irreversibles (32). Por lo tanto, cabe considerar a la teoría de los sistemas abiertos como una importante generalización de la teoría física, la cinética y la termodinámica, al incluír nuevos conceptos como equifinalidad, orden creciente, etc., propios de los sistemas abiertos, y al extender la idea de sistema al campo de la biología, la psicología, la sociología, y hasta la geología y la meteorología (como sugirió, en este último caso, Prigogine) (106).

2. Sobre la definición de sistema abierto.- Si bien von Bertalanffy es lo suficientemente claro e insistente al afirmar que un sistema abierto es aquel que intercambia materia y energía con el entorno, en algún momento llega a afirmar que ciertos sistemas son abiertos respecto de la información, pero cerrados respecto de la materia y la energía (100, 169), es decir, intercambian información con el medio pero no intercambian componentes materiales ricos en energía, siendo un ejemplo de ellos los sistemas retroalimentados. Esta afirmación supone, obviamente, que la información y la energía no son exactamente equivalentes, ya que puede circular información sin que circule energía (42).

No obstante, en el presente texto consideraremos sistema abierto como aquel que intercambia materia y energía, salvo indicación en contrario. Desde este punto de vista, debemos entender un sistema abierto como aquel que, como consecuencia de este intercambio (importación-exportación de materia), él y su entorno se modifican e influencian recíprocamente, y que es además capaz de una actividad relativamente autónoma (por ejemplo sintetiza y degrada materia), lo que es posible gracias al aporte energético del exterior. Aún sin estímulos externos, el organismo no es un sistema pasivo sin intrínsecamente activo (218).

Tal vez resulte un poco chocante hablar de intercambio de componentes materiales en sistemas abiertos como la personalidad, la familia o la sociedad. Von Bertalanffy, sin negar, afirmar o analizar explícitamente esta cuestión, al hablar de sistemas abiertos en términos de intercambio de materia y energía está tomando mas bien como modelo al sistema biológico, al organismo viviente, mientras que cuando se refiere a sistemas psicológicos y sociales pone mas bien en énfasis en su condición de sistema intrínsecamente activo y autónomo (218, 219), o en algunas de sus otras propiedades como la organización, el orden creciente, la equifinalidad, la tendencia al estado uniforme, etc.

3. Características de los sistemas abiertos y comparación con los sistemas cerrados.- Enumeraremos estas características en forma escueta, porque las explicaciones correspondientes podrán encontrarse en los artículos respectivos, a los que aquí se hace referencia.

a) Los sistemas abiertos tienden a evolucionar hacia un estado uniforme, y los sistemas cerrados hacia un estado de equilibrio (ver Estado uniforme, donde se detallan varias otras características derivables de este tipo de estado).

b) Los sistemas abiertos tienen entropía negativa, es decir, 'pueden' evolucionar hacia estados de mayor organización y complejidad, mientras que los sistemas cerrados exhiben entropía positiva, o sea 'deben' evolucionar hacia estados de menor organización y complejidad. La diferencia entre 'deben' y 'pueden' alude la hecho de que el sistema abierto puede también tener entropía positiva, y de hecho esta es su tendencia final, desde que su destino es la muerte. Los sistemas vivos (41), si se mantienen como tales es porque logran evitar el aumento de entropía (positiva) y hasta pueden desarrollarse hacia estados de orden y organización crecientes. (Para mayores detalles, ver Entropía).

c) Si bien hay ejemplos de sistemas abiertos y cerrados, como un ser vivo y un átomo, respectivamente, ello no debe hacernos pensar que nada tienen que ver uno con el otro, puesto que un ser vivo (sistema abierto) contiene dentro de sí átomos (sistemas cerrados). En efecto, algunos sub-sistemas de los sistemas abiertos son cerrados, pero ello no alcanza para caracterizar a los primeros como cerrados, porque el todo es más que la suma de partes.

d) En cuanto a la finalidad todos los sistemas abiertos, en oposición a los sistemas cerrados, exhiben ciertos tipos de finalidad como la equifinalidad y, particularmente el hombre, la intencionalidad (ver Finalidad, Equifinalidad e Intencionalidad). Los sistemas cerrados poseen exclusivamente otros tipos de finalidad.

e) Los sistemas abiertos son estudiados por la termodinámica de los procesos irreversibles, y los sistemas cerrados los estudia la termodinámica clásica, o termodinámica de los procesos reversibles (ver Estado uniforme, punto 2, apartado 6). Hemos ya indicado que la termodinámica irreversible es una extensión de la última de manera de poder incluír los sistemas abiertos de la biología, la psicología, la historia, etc.


71.- SISTEMA CERRADO

Es aquel sistema donde ni entra ni sale de él materia (125), y en este sentido se consideran aislados del medio circundante (39). Son sistemas que tienden hacia un estado de equilibrio, que exhiben entropía positiva, y que se caracterizan por reacciones reversibles. Ejemplo típico: un recipiente cerrado donde se mezclan sustancias que, al reaccionar, llegan finalmente a un estado de equilibrio, según la ley de acción de masas.

Los estudios clásicos de física y química estudiaban los sistemas cerrados, y sólo en décadas recientes se incorporaron los estudios de sistemas abiertos.

Von Bertalanffy considera los sistemas cerrados en relación con la ausencia de intercambio de materia. No obstante esto, debemos tener en cuenta que algunos sistemas cerrados son 'abiertos' a otras influencias como por ejemplo a la energía radiante (que puede ingresar al sistema sin un sustrato material) o a la información (como los sistemas retroalimentados). La definición de un sistema cerrado pasa entonces por especificar qué cosas puede intercambiar y qué cosas no. En el texto de von Bertalanffy se considera predominantemente el intercambio de materia.

En rigor, sistemas cerrados ciento por ciento no existen, salvo que se considere como tal al universo en su conjunto. Si se habla de sistemas cerrados a una escala mucho menor, como por ejemplo una reacción química que sigue la ley de acción de masas, es por razones mas bien convencionales.

Los sistemas cerrados presentan una serie de características, que el lector podrá consultar en el artículo Sistema Abierto, apartado 3.


72.- SISTEMA QUIMICO

La físicoquímica estudia fundamentalmente sistemas cerrados, como los sistemas regidos por la ley de acción de masas, y apenas si considera los sistemas químicos abiertos, en la química tecnológica. Sin embargo, otros sistemas químicos abiertos, como los organismos, resultan de importancia fundamental para el biólogo (126, 127). Los sistemas químicos cerrados y abiertos presentan algunas semejanzas y diferencias (129).

1. Sistemas químicos cerrados.- Un sistema químico cerrado se caracteriza por estar constituído siempre por los mismos componentes, que reaccionan entre sí una y otra vez de acuerdo a la ley de acción de masas, es decir, unos se transforman en otros hasta llegar a un equilibrio donde la relación entre las concentraciones de ambos componentes alcanza un cierto valor.

Hay dos razones en esta preferencia por el estudio de los sistemas cerrados: una razón teórica (la físico-química se interesa más que nada por estudiar lo que ocurre en sistemas aislados material y energéticamente del entorno), y una razón práctica (es más difícil establecer técnicamente sistemas abiertos) (126).

Von Bertalanffy cita la ley de acción de masas como un ejemplo de funcionamiento de sistemas cerrados en química: a temperatura fija, en el equilibrio de una reacción reversible, la relación entre el producto de las concentraciones de las sustancias formadas y el de las sustancias reaccionantes, es constante.

El enunciado anterior es una de las formas de expresar esta ley química, establecida en 1867 por Guldberg y Waage. Si colocamos en un recipiente las sustancias reaccionantes A y B, estas reaccionan formando los productos C y D. A su vez, C y D reaccionan formando nuevamente A y B, y así sucesivamente:

A+B ó C+D

Se trata entonces de una reacción reversible, lo que queda indicado por la doble flecha. Las sustancias seguirán reaccionando en uno y otro sentido hasta llegar a un estado de equilibrio donde las velocidades en uno y otro sentido se igualan. Esto ocurre, dice la ley de acción de masas, cuando las sustancias involucradas en la reacción adquieren una determinada concentración.

La ley de acción de masas puede ser descripta a partir de un determinado sistema de ecuaciones. Este último, dado sus carácter matemático abstracto, puede ser también aplicado a otros campos, como la demografía, la cinética de los procesos celulares y la teoría de la competencia dentro de un organismo (56).

2. Sistemas químicos abiertos.- Un sistema químico abierto se caracteriza porque los componentes no son siempre los mismos: continuamente está ingresando la sustancia A y eliminándose la sustancia B (recambio permanente). Ejemplos típicos de sistemas químicos abiertos los encontramos en la química industrial (en la fermentación continua, en la producción de ácido acético, etc) y en la biología (el organismo viviente es, en sí mísmo, un sistema químico abierto en tanto intercambia permanentemente materia y energía con el medio) (126, 127).

3. Semejanzas y diferencias.- Los sistemas químicos cerrados y los abiertos exhiben cierta semejanza, en el sentido que ambos procuran mantener constante ciertos valores, como las relaciones de concentración. En ninguno de los dos hay un reposo químico, ni siquiera en el sistema cerrado: el sistema químico cerrado no está en reposo, pues continuamente hay reacciones entre componentes, aunque si hay un estado de equilibrio, donde los componentes siguen reaccionando pero manteniendo constante determinada concentración. Sin embargo, en otros aspectos igualmente esenciales, ambos tipos de sistema químico presentan diferencias, a saber:

a) Los sistemas cerrados alcanzan un equilibrio 'auténtico' (129), y los sistemas abiertos un equilibrio estacionario (o también cuasi-uniforme), también llamado estado uniforme. Más específicamente:

b) Los equilibrios en sistemas químicos cerrados y abiertos de caracterizan por la composición constante: en el momento del equilibrio siempre hay las mismas concentraciones de sustancias. La diferencia está en que en el sistema cerrado las sustancias son siempre las mismas, porque ni se reciben del exterior ni se eliminan hacia él. En el sistema químico abierto, en cambio, hay un fluír continuo de las sustancias desde y hacia el exterior. En la reacción vista, por ejemplo, si la concebimos como sistema abierto la sustancia A es continuamente recibida desde afuera y la sustancia C continuamente eliminada, pero sus concentraciones tienden a permanecer siempre constantes, al igual que en un sistema cerrado. Un ejemplo demográfico puede ser este: un país tiene una cantidad de habitantes siempre igual, pero los habitantes mismos van cambiando (unos nacen, entran al sistema, otros mueren y salen del sistema). En suma: En los sistemas cerrados no hay un recambio permanente de sustancias, lo que sí sucede en los sistemas abiertos.

c) "Los equilibrios químicos en sistemas cerrados se basan en reacciones reversibles. Por el contrario, en los sistemas abiertos el estado uniforme no es reversible"(129). En los sistemas abiertos hay cnumerosas reacciones donde la sustancia A se transforma en la sustancia B, pero ésta no vuelve a transformarse en A (134,135).

d) Un sistema cerrado 'debe' alcanzar un estado de equilibrio sí o sí, independiente del tiempo, pero en un sistema químico abierto en cambio 'puede' alcanzar un estado uniforme, también independiente del tiempo. Este 'puede' significa que el sistema abierto alcanzaría su estado uniforme si cesaran las influencias del entorno.

e) Un sistema cerrado en equilibrio no requiere energía para su preservación, ni puede obtenerse energía de él (téngase en cuenta que en un sistema cerrado, por definición, no puede entrar ni salir energía). Un sistema abierto puede en cambio producir energía (trabajo), pero siempre que no alcance efectivamente un equilibrio típico de sistema cerrado, sino que 'tienda' a alcanzarlo. Por ello las reacciones químicas del organismo vivo son sistemas abiertos, es decir, están dispuestos de forma de mantener un fluír constante de agua y elementos químicos cuyo contenido energético pueda transformarse en trabajo, y poder ser usado por el organismo (129).

Para decirlo en otras palabras: los sistemas cerrados 'deben' tender hacia un estado de equilibrio, mientras que los sistemas abiertos 'pueden' tender, dadas ciertas condiciones, a alcanzar un estado uniforme. Por ejemplo, un depósito cerrado tiene mucha energía potencial, pero no sirve para producir trabajo, como podría ser para impulsar un motor. En el sistema químico abierto, en cambio, al ingresar continuamente materia y energía, una parte de esta puede ser utilizada para producir trabajo (por ejemplo para desplazar un objeto mediante la fuerza muscular). Estos sistemas abiertos se mantienen siempre alejados del estado de equilibrio típico del sistema cerrado (es decir mantienen intacta su capacidad de producir trabajo) gracias al continua suiministro de energía del medio. El estado uniforme tiene precisamente esa capacidad de producir trabajo, mientras que el estado de equilibrio de los sistemas cerrados se caracteriza, al revés, por un mínimo de energía libre (129, 130).


73.- SOCIOLOGIA

Ciencia que se ocupa del estudio de grupos o sistemas humanos, desde los más reducidos como la familia, hasta los más grandes como las naciones. El moderno enfoque de sistemas va introduciéndose cada vez más en la sociología, a través de conceptos como sistema general, retroalimentación, información, comunicación, etc. (205).

1. Sociología e historia.- Ambas disciplinas estudian las sociedades humanas, con la diferencia de que la historia la estudia a través del tiempo, en su devenir, y la sociología lo hace sobre el presente analizando cómo es la sociedad hoy. El primero es un estudio longitudinal, y el segundo es un estudio transversal de la sociedad (6, 113).

2. Objeto de estudio de la sociología.- Más específicamente, la sociología estudia los sistemas humanos, desde los más reducidos como la familia o el grupo de trabajo, hasta las naciones, bloques de poder y las relaciones internacionales. Entre ambos extremos hay también una gama de organizaciones tanto formales como informales, también estudiadas por la sociología (205). Aunque tradicionalmente la sociología estudia organizaciones informales, últimamente ha incorporado también el estudio de organizaciones formales, como las empresas, el ejército o la burocracia, todas estructuras escrupulosamente instituídas con fines determinados (7). Tanto las organizaciones informales como las formales han sido estudiadas, sobre todo en los últimos tiempos, desde un punto de vista sistémico.

3. Enfoque sistémico en organizaciones informales.- La reciente teoría sociológica busca en gran medida definir el 'sistema' sociocultural y en discutir el funcionalismo, vale decir, la consideración de los fenómenos sociales con respecto al 'todo' al que sirven. A grandes rasgos se trata de un enfoque similar al de la TGS, con la única diferencia de que ciertas teorías funcionalistas (por ejemplo la de Parsons) insiste demasiado en el mantenimiento del equilibrio, el ajuste, la homeostasis y la estabilidad institucional, mientras que el enfoque sistémico procura ceder el mismo espacio teórico también a los procesos de cambio, al desarrollo dirigido desde dentro del seno social, a los conflictos, etc. (207).

Como ejemplo de aplicación de la TGS a la sociedad humana, von Bertalanffy cita los análisis de Boulding, quien elabora un modelo general de organización regida por las llamadas leyes férreas, válidas para cualquier organización social. Ejemplos: a) Ley de Malthus: el incremento de la población supera por regla general al de los recursos para alimentarla; b) Ley de las dimensiones óptimas: mientras más crece una organización, más se alarga el camino para la comunicación, lo cual a su vez actúa como factor limitante, no permitiendo a la organización crecer más allá de ciertas dimensiones críticas: c) Ley de inestabilidad: muchas organizaciones no están en equlibrio estable, sino que exhiben fluctuaciones cíclicas resultantes de la interacción entre sub-sistemas. Existen aún otras muchas leyes similares, como las leyes de Volterra y la ley del oligopolio, etc., pero todas están enunciadas en el marco teórico de un enfoque sistémico de los estudios sociológicos (48).

4. Enfoque sistémico en organizaciones formales.- Las teorías de las organizaciones formales encaran su estudio bajo la premisa de que el único modo significativo de estudiar la organización es estudiarla como sistema de variables mutuamente dependientes, lo cual implica nuevamente un acercamiento al enfoque de la TGS (7).

Un ejemplo podría ser el estudio funcionalista de una empresa de negocios, donde se trata de examinar las interacciones entre sus elementos en función al todo. Un análisis de sistemas de este tipo tendrá en cuenta por ejemplo hombres, máquinas, edificios, entradas de materia prima, salida de productos, valores monetarios, buena voluntad y otros imponderables, dando diagnósticos sobre la situación de la empresa y sugiriendo medidas prácticas de intervención (206). En general, la TGS ha ejercido considerable influencia sobre el funcionalismo sociológico estadounidense (XIII).


74.- SUMATIVIDAD

a) En general, característica de los sistemas según la cual sus elementos pueden considerarse independientes unos de otros y por tanto, su suma total es igual a la suma de sus elementos componentes. b) En particular, la sumatividad es una característica de algunos sistemas matemáticos (sumatividad matemática), pero también es una característica de algunos sistemas físicos y, hasta cierto punto, de los organismos vivos (sumatividad física)(68, 69).

1. Características sumativas y constitutivas.- Un sistema está constituído ante todo por elementos. A su vez en los elementos podemos atender tres cosas: 1) su número (cantidad de elementos del sistema), 2) sus especies (tipos de elementos del sistema), y 3) sus relaciones (cómo están vinculados los elementos dentro del sistema).

Elementos del sistema A

Elementos del sistema B

1) Según su número

2) Según su especie

3) Según sus relaciones

Siguiendo el esquema adjunto, podemos apreciar que, en cuanto al número, los sistemas A y B son distintos, porque el primero tiene cuatro y el segundo cinco. En cuanto a las especies, ambos sistemas también son distintos porque en el sistema B aparece un elemento de tipo diferente, aún cuando ambos tengan el mismo número de elementos. Finalmente en cuanto a las relaciones, los sistemas A y B también son distintos porque, aún cuando tengan el mismo número y todos los elementos sean de la misma especie, sus relaciones son diferentes: en el sistema A el primero y el último elemento no se relacionan directamente, cosa que sí ocurre en el sistema B.

En los casos 1) y 2), el complejo puede ser comprendido como suma de elementos considerados aisladamente; pero en el caso 3) no sólo hay que conocer los elementos, sino también las relaciones entre ellos. Características del primer tipo se llaman 'sumativas', y del segundo tipo 'constitutivas' (54).

Las características sumativas de un elemento, entonces, son aquellas que son iguales tanto dentro como fuera del sistema, con lo cual el comportamiento de éste resulta de la simple suma de las características o comportamientos de los elementos. Por ejemplo el peso de un juguete o de un átomo, que resulta de la simple suma de los pesos parciales de sus partes componentes.

Las caracteristicas constitutivas son las que dependen de las relaciones específicas dadas dentro del sistema, como el caso de las características químicas. Un ejemplo es la isomería: los isómeros son compuestos con iguales elementos (iso=igual, mero=parte), pero relacionados de distinta manera según el isómero considerado, vale decir, los átomos presentan diferentes disposiciones dentro de la molécula (55). Las características constitutivas no son explicables a partir de las características de las partes aisladas, y por lo tanto aparecen como 'nuevas' o 'emergentes'. Sin embargo, si conocemos el total de partes contenidas en un sistema y la relación que hay entre ellas, el comportamiento del sistema es derivable a partir del comportamiento de las partes. También puede decirse: si bien es concebible la composición gradual de una suma, un sistema, como total de partes interrelacionadas, tiene que ser concebido como compuesto instantáneamente (55).

Si bien las características sumativas han sido privilegiadas por el paradigma mecanicista y las constitutivas por el paradigma sistémico, interesarán también para este último las características sumativas por encontrarse presentes también en los sistemas. En particular (69), los principios de sumatividad son aplicables al organismo hasta cierto punto, como cuando consideramos que la palpitación de un corazón ocurre del mismo modo tanto si lo consideramos dentro del organismo (dentro del sistema), como aislado, experimentalmente o no, fuera de él.

2. La sumatividad como propiedad formal de los sistemas.- Entre las propiedades de los sistemas encontramos la totalidad y la sumatividad (ver Sistema). La totalidad está estrechamente vinculada con las características constitutivas, pero aquí explicaremos brevemente la sumatividad, vinculada con las características sumativas.

Desde esta perspectiva, diremos entonces que la sumatividad es una propiedad formal de los sistemas según la cual sus elementos pueden ser considerados independientemente unos de otros, es decir, su suma total es igual a la suma de sus elementos componentes (54). La sumatividad aparece por ejemplo en sistemas matemáticos (sumatividad matemática o en sentido matemático (70) y en los sistemas reales (sumatividad física o independencia) (69).

Nos interesa especialmente la sumatividad según este segundo planteo, y en tal sentido la sumatividad resulta ser una propiedad formal de los sistemas parciales [es decir, sub-sistemas] altamente 'mecanizados' (69). Esto significa lo siguiente: un organismo vivo es un sistema total donde tienen gran importancia las características constitutivas. Sin embargo, y como consecuencia de los procesos de diferenciación y segregación, a medida que dicho sistema evoluciona sus partes o conjuntos de partes van aislándose progresivamente entre sí (aunque no totalmente) y constituyendo sistemas parciales o sub-sistemas donde sí pasan a un primer plano las simples características sumativas, es decir, estos sub-sistemas se comportarán del mismo modo tanto dentro del sistema como fuera de él, por encontrarse altamente 'mecanizados'. Es el ejemplo del corazón que dimos en un párrafo anterior en este mismo artículo.

Para von Bertalanffy, las propiedades constitutivas son muy importantes en el contexto de los sistemas abiertos como los seres vivos, y en este sentido critica la posición de Bertrand Russell (69) según la cual hasta la fecha, no hay evidencias que en los fenómenos biológicos existan propiedades constitutivas y, por ende, sólo debe admitirse como hipótesis de trabajo la hipótesis de las propiedades sumativas, en tanto no aparezcan elementos de juicio en contra de ella.


75.- TECNOLOGÍA

En general, la tecnología es la aplicación de los conocimientos científicos a la realidad a los efectos de influír sobre ella para transformarla. Específicamente, la Tecnología de los sistemas se ocupa de la aplicación de los conocimientos obtenidos mediante la Ciencia de los sistemas (XIV).

La ciencia abarca dos grandes campos: la ciencia pura y la ciencia aplicada, o tecnología. La primera elabora conocimiento, la segunda aplica ese conocimiento a la realidad con algún fin utilitario. Por ejemplo, la física es ciencia pura, y la ingeniería es un ejemplo de la correspondiente tecnología o ciencia aplicada. Otro tanto ocurre por ejemplo con la química y la merceología, o con la biología y la medicina.

La Tecnología de los sistemas es la parte de la TGS en sentido amplio que se ocupa de los problemas que surgen en la tecnología y la sociedad modernas y que comprenden tanto el hardware de las computadoras y máquinas autorreguladas, como del software de los nuevos adelantos y disciplinas teóricas (XIV). Es, entonces, la aplicación práctica de los conocimientos acerca de los sistemas.

El desarrollo de la maquinaria autorregulada es un ejemplo de tecnología física, pero, en la medida en que podamos conocer los principios que rigen los sistemas psicológicos (por ejemplo la personalidad) y los sistemas sociales (por ejemplo la sociedad), estaremos en condiciones de aplicarlos para evitar la deshumanización del hombre, y habremos empezado a desarrollar una tecnología psicológica (217, 218) y una tecnología sociológica (51 a 53). Tal deshumanización se podría producir, según von Bertalanffy, por el contraste entre un desarrollo excesivo de la tecnología física y un vacío de conocimientos de la naturaleza humana a nivel individual y social.


76.- TEORIA

Las teorías son sistemas hipotético-deductivos o esquemas conceptuales que: a) orientan la observación científica (162), y b) constituyen una importante meta de la ciencia en su búsqueda de explicaciones cada vez más satisfactorias de la realidad (89).

Empecemos por aclarar que, en general, una teoría científica es un sistema de enunciados ordenados jerárquicamente desde los más generales a los menos generales, donde los últimos se deducen de los primeros, y donde todos están referidos a un determinado sector de la realidad. Casi todos estos enunciados son hipótesis, y de aquí que una teoría sea en última instancia un sistema hipotético-deductivo. Por ejemplo, la TGS, la teoría psicoanalítica, la teoría de la probabilidad, etc.

En la perspectiva de von Bertalanffy, la ciencia busca siempre construír teorías para explicar cada vez mejor la realidad. No obstante, queda abierta aún la cuestión de si algún día se llegará a establecer un sistema hipotético-deductivo que abarque todas las ciencias, de la física a la biología y la sociología. Por ahora, sólo estamos en condiciones de establecer leyes específicas para los distintos niveles o estratos de la realidad, y de ahí encontramos una correspodencia o isomorfismo de leyes y esquemas conceptuales en diferentes campos que sustentan la unidad de la ciencia (89, 90).

Para von Bertalanffy (102, 103). es esencial no considerar a las teorías como sistemas cerrados y definitivos. A partir de allí, la discusión acerca de si una teoría debe o no estar enunciada axiomáticamente o bien formulada laxamente como una hipótesis de trabajo, puede pasar a un segundo plano

Suele oponerse observación y teoría: por un lado estarían los 'hechos observados' y por el otro la 'mera teoría' como producto de alguna especulación sospechosa. Para von Bertalanffy tal oposición no existe, en cuanto una presupone la otra. Por ejemplo, los datos supuestamente brutos o incontaminados de la observación están siempre impregados de teoría (161) (ver también Observación), y además, ésta última se construye como un intento por resolver los problemas detectados mediante la observación.


77.- TEORIA GENERAL DE LOS SISTEMAS (TGS)

Doctrina que se ocupa de la formulación y derivación de principios aplicables a los sistemas en general, sin importar la naturaleza de sus componentes ni las fuerzas que los gobiernan (32, 37, 155). Representa un amplio punto de vista que trasciende grandemente los problemas y requerimientos tecnológicos, una reorientación que, según von Bertalanffy, se ha vuelto necesaria en la ciencia en general, desde la física y la biología hasta las ciencias del comportamiento, las ciencias sociales y la filosofía (VIII).

1. Qué es la TGS.- La TGS busca aquellos principios que sean aplicables a los sistemas en general, sin importar que sean de naturaleza física, biológica o sociológica. A partir de aquí y definiendo bien el sistema, hallaremos que existen modelos, principios y leyes que se aplican a sistemas generalizados, o sistemas en general, sin importar su particular género, elementos y 'fuerzas' participantes. Consecuencia de la existencia de propiedades generales de sistemas es la aparición de similaridades estructurales (ver Isomorfismo) en diferentes campos, es decir, hay correspondencias entre los principios que rigen el comportamiento de entidades intrínsecamente muy distintas. Conceptos, modelos y leyes parecidos surgen una y otra vez en campo muy diversos, independientemente y fundándose en hechos del todo distintos (33).

Estas correspondencias o isomorfismos constituyen el dominio de la TGS (XIV), y de aquí que su utilidad reside precisamente en proporcionar modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos evitando, al mismo tiempo, vagas analogías que a menudo han perjudicado el progreso en dichos campos (34).

La denominación 'teoría general de los sistemas' y su respectivo programa fue introducido por Ludwig von Bertalanffy, aún cuando no pocos investigadores de varios campos habían llegado ya a conclusiones y enfoques similares (38).

2. Qué no es la TGS.- Diversos críticos han cuestionado la TGS desde varios ángulos. Al respecto, von Bertalanffy contesta estas críticas indicando lo que no es la TGS. a) La TGS no es una simple o trivial aplicación de la matemática conocida a diferentes ámbitos de la realidad. La aparición de problemas novedosos vinculados a nociones como totalidad, organización, teleología, etc., requieren, en realidad, nuevos modos de pensamiento matemático (35). En forma elaborada, la TGS sería una disciplina lógico-matemática, puramente formal en sí mísma pero aplicable a las varias ciencias empíricas (37). b) La TGS no se ocupa de trazar simples analogías entre diferentes fenómenos de la realidad. Las analogías superficiales son engañosas, como por ejemplo pretender comparar un organismo viviente con un Estado o nación. La TGS no busca analogías sino isomorfismos, que son correspondencias más profundas que permiten afirmar que las realidades comparadas tienen en común el hecho de constituír sistemas (35). c) La TGS no es una concepción que carezca de valor explicativo. Von Bertalanffy plantea que hay grados y grados en la explicación científica, y que en ciertos campos complejos y teóricamente poco desarrollados debemos conformarnos con 'explicaciones en principio' (ver Explicación), que siempre son mejores a la falta total de explicación (36).

3. Metas de la TGS.- Sus metas principales pueden resumirse del siguiente modo (38): 1) Hay una tendencia general hacia la integración en las varias ciencias, naturales y sociales. 2) Tal integración parece girar en torno a una TGS. 3) Tal teoría pudiera ser un recurso importante para buscar una teoría exacta en los campos no físicos de la ciencia. 4) Al elaborar principios unificadores que corren 'verticalmente' por el universo de las ciencias, esta teoría nos acerca a la meta de la unidad de la ciencia. 5) Esto puede conducir a una integración, que hace mucha falta, en la instrucción científica.

En última instancia, según se ve, la TGS busca la unificación de todas las ciencias, pero no a partir de un reduccionismo (reducir todas las ciencias a la física), sino a partir un perspectivismo (el principio unificador es la existencia de sistemas en todos los niveles, es decir, de principios comunes o uniformidades estructuraless denominadas isomorfismos, en diferentes ámbitos científicos) (49).

4. Motivos que llevaron a postular una TGS.- Von Bertalanffy resume estos motivos en seis puntos, que son un tanto redundantes: 1) Los mismos adelantos en la física mostraron que los átomos, partículas subatómicas, etc, no eran piedras metafísicas de construcción del universo sino modelos conceptuales harto complicados, inventados para dar razón de lo observado. Por otro lado, los avances en biología, ciencias del comportamiento y ciencias sociales revelaron conexiones con estos nuevos campos, con lo cual se impuso una 'generalización de los conceptos científicos', más allá de la física clásica, plasmada en una TGS (95). 2) La aparición de nuevos modelos en biología, ciencias del comportamiento, sociología, etc., que, retomando aspectos clásicamente considerados ilusorios o metafísicos como la interacción multivariable, la organización, el automantenimiento, la directividad, etc., obligó a la introducción de nuevas categorías en el pensamiento y la investigación científica (96). 3) En la física y la biología modernas salen sin cesar al paso problemas tocantes a la 'complejidad organizada', interacciones entre muchas (pero no infinitas) variables, que requieren nuevas herramientas conceptuales (96). 4) Cada ciencia tiene sus propios instrumentos conceptuales para explicar y predecir sus fenómenos correspondientes, no obstante lo cual ellas no son compartimientos estancos e independientes, habiendo una cierta continuidad, por ejemplo, entre la física y la biología, y entre ésta y las ciencias del comportamiento y de la sociedad (96, 97). 5) Hace falta expandir la ciencia para vérselas con los nuevos fenómenos biológicos, comportamientales y sociales, para lo cual hay que introducir nuevos modelos conceptuales. 6) Estas construcciones teóricas ampliadas y generalizadas son interdisciplinarias: trascienden el marco de una determinada ciencia y son aplicables a fenómenos de distintos campos, lo que conduce al isomorfismo de modelos (97).

5. Métodos de la TGS.- Hay dos métodos generales posibles en la investigación general de los sistemas: el método empírico-intuitivo y el método deductivo.

a) Método empírico-intuitivo.- Parte de la observación de diversos fenómenos del mundo, examina los varios sistemas encontrados, y acto seguido ofrece enunciados acerca de las regularidades que se han hallado válidas. Aunque no tiene mucha elegancia matemática ni vigor deductivo, este procedimiento tiene la ventaja de mantenerse muy cerca de la realidad y de ser fácil de ilustrar y hasta de verificar mediante ejemplos tomados de distintas ciencias.

Este método lo utilizó por ejemplo el mismo von Bertalanffy, cuando investigando en biología encontró ciertos principios básicos como totalidad, suma, centralización, finalidad, competencia, y varios otros que han sido luego utilizados para la definición general de sistema (98, 99).

b) Método deductivo.- En lugar de estudiar un sistema, después otro, y luego otro más, etc, se empieza considerando el conjunto de todos los sistemas concebibles, y se reduce el conjunto a dimensiones más razonables mediante ciertos conceptos fundamentales (98). Un problema de este método es cómo saber si los términos fundamentales del punto de partida están o no correctamente elegidos (102), vale decir, si serán lo suficientemente generales como para incluír en ellos todos los fenómenos observados.

Ashby fue un autor que siguió este segundo método. Por ejemplo, comenzó preguntándose por el 'concepto fundamental de máquina' y lo describe en términos de ecuaciones diferenciales simultáneas. El método tiene su limitación: el concepto de máquina de Ashby no resultó lo suficientemente general, pues no era aplicable a muchos problemas de organización (cosa que el mismo Ashby reconoció), y por lo tanto no alcanzaba la generalidad del concepto de 'sistema'. Adujo simplemente que había escogido ese modelo con propósitos de ilustración (98 a 102).

Von Bertalanffy indica que ambos métodos son importantes: como en cualquier otro campo científico, la TGS tendrá que desarrollarse por interacción de procedimientos empíricos, intuitivos y deductivos (102).

6. Clasificación de la TGS.- Von Bertalanffy empieza discriminando una TGS en sentido estricto, y una TGS en sentido amplio. La primera es también designada como TGS en sentido técnico o también 'teoría clásica de los sistemas' (XIII, 18, 94, 105, 264).

a) En sentido estricto, la TGS procura derivar, partiendo de una definición general de 'sistema' como complejo de componentes interactuantes, conceptos característicos de totalidades organizadas, tales como interacción, suma, mecanización, centralización, competencia, finalidad, etc., y aplicarlos entonces a fenómenos concretos (94). Los principios generales podrán ser aplicados a sistemas en general o también a subclases definidas de ellos (por ejemplo sistemas cerrados y abiertos). En razón de la generalidad de tal descripción, puede afirmarse que algunas propiedades formales así encontradas serán aplicables a cualquier entidad en tanto sistema, aún cuando su naturaleza específica se desconozca o no se investigue (18). La TGS en sentido técnico sigue entonces un camino deductivo, y más concretamente intenta caracterizar el sistema desde el punto de vista matemático (105, 264).

b) En sentido amplio, que es el adoptado por von Bertalanffy, la TGS se define como hemos indicado al comienzo de este artículo. Surgió debido al escaso alcance de la TGS en sentido estricto, la cual, al describir los sistemas en términos matemáticos, dejaba fuera muchos otros problemas de sistemas que no podían ni pueden por el momento ser descriptos en dichos términos (XIII). La TGS en sentido amplio resulta ser así una expansión de la TGS en sentido técnico, pero debe tenerse presente que también se constituyó como una generalización de la llamada Teoría de los Sistemas Abiertos, surgida de la observación de esta clase de sistemas (155, 160).

La TGS en sentido amplio (designada en este libro simplemente como TGS), comprende las siguientes subdivisiones (XIII-XVII):

TGS
Sentido amplio
Ciencia de los Sistemas

Tecnología de los sistemas

Filosofía de los sistemas
Ontología de sistemas

Epistemología de sistemas

'Axiología' de los sistemas

Sentido técnico o estricto (Teoría clásica de los sistemas)

En su sentido amplio, la TGS comprende tres aspectos principales: 1) Ciencia de los Sistemas, o exploración y explicación científicas de los 'sistemas' de las diversas ciencias, con la TGS como doctrina de principios aplicables a todos los sistemas o a sub-clases definidas de ellos (XIII) (ver Ciencia de los sistemas). 2) Tecnología de los Sistemas, que aborda los problemas que surgen en la tecnología y la sociedad modernas y que comprenden tanto el hardware de computadoras, como el software de los nuevos adelantos y disiciplinas teóricas (XIV)(ver Tecnología). 3) Filosofía de los Sistemas, o reorientación del pensamiento y la visión del mundo resultante de la introducción del 'sistema' como nuevo paradigma científico (ver Filosofía de los sistemas). Desde esta perspectiva (XV a XVII), la Filosofía de los Sistemas abarca la Ontología de sistemas, que indaga qué es un sistema y qué tipos hay (ver Ontología de sistemas); la Epistemología de sistemas que, por oposición a la epistemología del positivismo lógico, propone una epistemología perspectivista (ver Epistemología de Sistemas y Perspectivismo); y la 'Axiología' de los sistemas, referida al aspecto humanístico de la TGS a partir de la noción de 'valor'. La denominación 'axiología' no es de von Bertalanffy, y la utilizamos aquí en razón de su significado como 'teoría de los valores' (ver Valor).

7. Historia de la TGS.- La TGS tiene una larga historia (9 a 16). Una extensa serie de ilustres pensadores utilizaron la idea de sistema, aunque no hayan utilizado precisamente ese término. Entre ellos están Leibniz, Nicolás de Cusa, Paracelso, Vico, Hegel, Marx e incluso algunos literatos como Hermann Hesse.

En la década 1920-1930 se destacan los trabajos independientes entre sí de Köhler y de Lotka, que representan los primeros esbozos de una TGS. Sin embargo, la necesidad y factibilidad de un enfoque de sistemas no fue evidente hasta hace poco, al tomarse conciencia de la insuficiencia del modelo mecanicista.

Hacia 1925, von Bertalanffy se había percatado de la insuficiencia de este modelo en la biología, y propuso en esta disciplina la adopción de un enfoque organísmico que hiciera hincapié en la consideración del organismo como un todo o sistema y viese el objetivo principal de la biología en el descubrimiento de los principios de su organización. Hubo indudablemente precursores como Claude Bernard, y desarrollos paralelos como los de Whitehead y Cannon. La aparición de ideas similares en distintos campos fue sintomática de la nueva tendencia, que, sin embargo, requeriría tiempo para ser aceptada.

En conexión con sus trabajos experimentales sobre metabolismo y crecimiento por una parte, y su esfuerzo por concretar el programa organísmico por la otra, von Bertalanffy adelantó su teoría de los sistemas abiertos sobre la base que el organismo vivo era uno de ellos. Para incluírlos, fue necesaria la expansión de la física acostumbrada, lo que más tarde se concretó cuando por ejemplo la termodinámica clásica se expandió como termodinámica irreversible. Al mismo tiempo, se vio que podía construírse un modelo matemático general que incluyese la consideración de estos nuevos problemas como los de orden, organización, totalidad, teleología, etc. Tal fue la idea de la 'TGS'.

La propuesta de una TGS fue recibida como fantástica o presuntuosa, y llovieron las críticas (ver en este mismo artículo "Qué no es la TGS"). Finalmente, en 1954 cuajó el proyecto de una sociedad dedicada a la TGS que se llamó Sociedad para la Investigación General de Sistemas, y hoy está afiliada a la AAAS (American Association for de Advancement of Science), teniendo varios centros en EEUU y Europa. Sus funciones principales son: a) investigar el isomorfismo de conceptos, leyes y modelos en varios campos, y fomentar provechosas transferencias de un campo a otro; b) estimular el desarrollo de modelos teóricos adecuados en los campos que carecen de ellos; c) minimizar la repetición de esfuerzo teórico en diferentes campos; d) promover la unidad de la ciencia mejorando la comunicación entre
especialistas.

Mientras tanto hubo otros progresos: surgen la cibernética de Wiener (1948), la teoría de la información de Shannon y Weaver (1949) y la teoría de los juegos de von Neumann y Morgenstern (1947). Wiener, por ejemplo, llevó los conceptos de cibernética, retroalimentación e información más allá de la tecnología, generalizándolos en los dominios biológico y social.

Sin embargo, no debe reducirse la TGS a la cibernética. Esta última es sólo una parte de la primera, pues los sistemas cibernéticos son un caso especial de los sistemas que exhiben autorregulación. La cibernética, junto con la teoría de la información, la teoría de los juegos y otras teorías constituyen diferentes 'enfoques' dentro de la TGS (ver Enfoques de sistemas). Tampoco debe pensarse que la TGS surgió para resolver problemas tecnológicos en la segunda guerra mundial pues, como quedó indicado, sus orígenes son bastante anteriores.

La TGS tiene aún importantes problemas para resolver, como por ejemplo la formulación de una teoría general de las ecuaciones diferenciales no lineales, de los estados uniformes y los fenómenos rítmicos, un principio generalizado de mínima acción, la definición termodinámica de los estados uniformes, etc (105).


78.- TERMODINÁMICAMENTE REVERSIBLE

Generalización de la termodinámica clásica que permite incluír la consideración de los procesos irreversibles característicos de los sistemas abiertos y del estado uniforme (32). Tal expansión teórica vino a resolver la aparente contradicción entre la tendencia al desorden de los sistemas físicos, y la tendencia al orden de los sistemas vivientes (165).

1. Concepto.- La teoría termodinámica de los sistemas abiertos es la llamada termodinámica irreversible, y llegó a ser una importante generalización de la teoría física gracias a los trabajos de Prigogine y otros pensadores (147). La termodinámica irreversible intenta resolver la cuestión de como se justifica la existencia de sistemas abiertos con tendencia hacia el orden y hacia la entropía negativa (o neguentropía, o anentropía) crecientes, habida cuenta de que la tendencia universal de los acontecimientos es en realidad hacia el desorden y hacia la entropía positiva crecientes. Una primera solución a esta cuestión fue la vitalista, que propugnaba la existencia de entidades fantásticas (soplos vitales, entelequias, duendecillos) que infundían vida, es decir tendencia hacia el orden (165). Rechazada por anticientífica, la nueva solución llegó de la mano de la termodinámica irreversible, que intenta establecer la diferencia entre los sistemas cerrados y los abiertos a partir de la diada reversibilidad-irreversibilidad.

En efecto, los equilibrios químicos en sistemas cerrados se basan en reacciones reversibles. Por el contrario, en los sistemas abiertos el estado uniforme no es reversible, ni en conjunto ni en muchas reacciones (129). Von Bertalanffy relaciona los sistemas químicos cerrados con la reversibilidad a partir de la ley de acción de masas, que sostiene que en tales sistemas las reacciones químicas ocurren en ambas direcciones (A se convierte en B y B en A), es decir, hay reversibilidad.

2. Comentarios.- Von Bertalanffy sin embargo, no es lo suficientemente claro al respecto, y por momentos parece contradecirse cuando asigna irreversibilidad tanto a los sistemas cerrados (41) como a los abiertos (129). Probablemente, el autor citado afirme la irreversibilidad de los sistemas cerrados fundándose en la idea de proceso irreversible de la termodinámica clásica, que hace alusión al hecho de que, en toda transformación de una forma de energía en otra, una parte se desprende como calor tornándose energía inutilizable e irrecuperable, con lo cual jamás puede volverse al anterior estado inicial (irreversibilidad).

En suma: es posible concebir que tanto en los sistemas cerrados que tienden al desorden, como en los sistemas abiertos que tienden al orden se verifican procesos irreversibles, si entendemos por irreversibilidad en el primer caso la imposibilidad de volver a transformar íntegramente calor en trabajo útil, y en el segundo caso la imposibilidad del ser vivo de evolucionar 'hacia atrás', pues, para von Bertalanffy, el estado uniforme propio de los sistemas vivientes no es reversible.


79.- TOTALIDAD

Propiedad formal de los sistemas según la cual éstos se conducen como un 'todo', es decir, los cambios en cada elemento dependen de todos los demás (68). Como tal, este concepto está estrechamente vinculado con los de 'organismo', 'organización' y 'sistema abierto',y, en algún sentido, se opone a la idea de 'sumatividad'.

Existen, desde ya, sistemas en los cuales en vez de encontrar totalidad encontramos sumatividad, pero la TGS pone de relieve la importancia de aquellos puntos de vista que subrayan el carácter no sumativo (es decir, totalista) de los sistemas físicos y biológicos, como modo de oponerse a la insuficiencia del paradigma mecanicista (69). En efecto, es necesario estudiar no sólo partes y procesos aislados, sino también resolver los problemas decisivos encontrados en la organización y el orden que los unifican, rsultantes de la interacción dinámica de partes y que hacen que estas se comporten de distinta manera cuando se estudian aisladas o dentro del todo.

Propensiones similares se manifestaron en psicología. En tanto que la clásica psicología de la asociación trataba de resolver fenómenos mentales en unidades elementales -átomos psicológicos, se diría-, tales como sensaciones elementales, la psicología de la Gestalt reveló la existencia y la primacía de totalidades psicológicas que no son suma de unidades elementales y que están gobernados por leyes dinámicas. Finalmente, en las ciencias sociales el concepto de sociedad como suma de individuos a modo de átomos sociales (el modelo del hombre económico) fue sustituído por la inclinación a considerar la sociedad, la economía, la nación, como un todo superordinado a sus partes (31, 36, 37, 45).

El concepto de sistema es eminentemente holista: procura poner al organismo psicofisiológico, al comportamiento, a la sociedad, etc., como un todo bajo la lente del examen científico. Tal holismo se opone entonces, por ejemplo en el contexto de la psicología, a reducir los acontecimientos mentales y el comportamiento a un manojo de sensaciones, pulsiones, reacciones innatas o aprendidas, o cualesquiera elementos últimos fuesen presupuestos teóricamente (202).

La totalidad implica además enfatizar las relaciones entre los elementos, más que su consideración aislada. Vale decir, interesan más las características 'constitutivas' del sistema, más que sus propiedades 'sumativas' (ver Sumatividad).


80.- VALOR

Los valores son entidades estudiadas dentro del contexto de la Filosofía de los sistemas, a los efectos de rescatar el aspecto humanístico que debe tener la TGS, en contraposición a las tendencias que consideran en ésta sólo sus aspectos teóricos y tecnocráticos, que podrían conducir a la deshumanización del hombre y, en última instancia, a su destrucción (XVII).

La Filosofía de los Sistemas tiene tres partes: la Ciencia de los sistemas, la Tecnología de los Sistemas, y lo que aquí podríamos llamar, aunque no sea un término empleado por von Bertalanffy, la 'Axiología' de los sistemas.

Esta axiología se ocuparía de las relaciones entre hombre y mundo en términos de lo que en filosofía se llaman 'valores', y que el autor mencionado no define explícitamente.

Para von Bertalanffy, la ciencia tiene un valor intrínseco, en la medida en que es un conocimiento que nos abre la posibilidad del control de la naturaleza. Pero tiene también un valor ético, en cuanto este control puede contribuír al desarrollo de la personalidad individual y la sociedad en general evitando así el caos de la deshumanización y la tecnocracia, que reducirían al hombre a una mera pieza de una maquinaria que finalmente terminaría destruyéndolo a través del hambre, las guerras, etc. (XVII, 52).

Se impone, por lo tanto, un estudio científico de los valores, una tecnología psicológica y sociológica. Conocemos demasiado bien las fuerzas físicas, y algo de las fuerzas biológicas, pero nada de la fuerzas sociales, que son precisamente, según von Bertalanffy, las fuerzas que podrían provocar el desastre. Hay algunos adelantos dentro de los enfoques sistémicos al respecto, como las teorías de la información, de los juegos y de la decisión, que analizan detalladamente fenómenos tales como la carrera armamentista, la guerra, la competencia económica y otros (52, 208).

No obstante lo dicho, no debe sobreestimarse el valor de la simple supervivencia del individuo o la especie. Estos son valores biológicos, pero están también los valores específicamente humanos, que siempre aluden a un universo simbólico. Esto revela además que no se puede reducir lo humano a lo biológico, que tiene su especificidad por derecho propio (227).

El afán humano es más que autorrealización: se dirige a metas objetivas y realización de valores, es decir, busca perpetuar su universo simbólico desprendiéndose de su creador.La psicopatología estudia esta temática, cuando por ejemplo habla de la psiconeurosis (conflicto entre las pulsiones biológicas y el sistema simbólico de valores), de neurosis existenciales (conflicto entre universos simbólicos, pérdida de la orientación del valor, experiencias de falta de significado del individuo), de delincuencia juvenil (desplome o erosión del sistema de valores), etc. (228).


81.- VITALISMO

Doctrina según la cual la organización y regulación de los procesos vitales sólo pueden ser explicados a partir de ciertos factores animoides (entelequias, espíritus, etc) que acechan en la célula o el organismo. Von Bertalanffy critica, en la biología, tanto las doctrinas vitalistas como las mecanicistas, proponiendo en su lugar el punto de vista llamado organísmico (92).

Muchas de las características de los sistemas organísmicos, consideradas a menudo vitalistas (espíritus, o hasta 'duendecillos', como llega a decir von Bertalanffy), son perfectamente explicables a partir del concepto de sistema abierto y de algunas de sus características, como por ejemplo la equifinalidad (138).

Un representante del vitalismo es Hans Driesch (1867-1941), que abrazó dicha doctrina tras el análisis de experimentos con embriones tempranos. En este contexto, a Driesch le había llamado la atención que el mismo resultado final (un organismo normal de erizo de mar) podía proceder en su origen tanto de un cigoto completo, como de cada mitad de un cigoto, como del producto de fusión de dos cigotos. Este hecho, pensó Driesch, contradice las leyes de la física y sólo puede explicarse a partir un factor vitalista animoide que gobierne los procesos previendo la meta, el organismo normal a constituír.

Sin embargo, puede demostrarse que los fenómenos descriptos por Driesch, que él consideraba la más importante prueba del vitalismo, pueden explicarse perfectamente a partir de la idea de equifinalidad, es decir, la posibilidad de los sistemas abiertos de poder llegar al mismo resultado final a partir de puntos de partida diferentes y por diferentes caminos (40).

Otra cuestión que invocaron frecuentemente los vitalistas en favor de su postura fue el hecho de que, mientras toda la naturaleza física tendía hacia una entropía creciente (hacia el desorden), en la naturaleza animada había sin embargo una tendencia inversa (hacia el orden), lo cual se debía precisamente a un factor animoide. Estas aparentes contradicciones desaparecen, dice von Bertalanffy, gracias a la expansión y generalización de la teoría física de los sistemas abiertos, con lo cual las explicaciones vitalistas pierden su razón de ser (150).