sábado, 13 de abril de 2013

Recordando a Gurdjieff y a Sócrates - Omar Paladini


Hacer y No-Hacer, Saber y No-Saber


Cuando llevamos adelante una acción -acto en el mundo interno-externo-, tenemos que prestar atención.

Si la acción es un acto, la no-acción también lo es.

La atención consciente es también una herramienta imprescindible en este caso;

ya que ante un estímulo dado, puedo no-actuar mecánicamente por reflejo -estimulo-respuesta-, sino diferir la respuesta hacia el futuro -segundos, minutos-horas-días-meses-años-.

Esto signifíca atención. Sin ella ni se puede hablar de este tema. Estamos a merced de los estímulos -del mundo interno-externo-.

El saber y el no-saber son dos caras que se equilibran en proporción inversa.

Conocimiento no es igual a Sabiduría. Conocimiento es saber utilizar una herramienta. Sabio es quién le puede dar un sentido trascendente más allá del "yo".

Quien no sabe cree que sabe -El Efecto Dunning-Kruger-;

y quien sabe que no sabe, sabe bastante, ya que sabe que no sabe -Platón, en
La Apología de Sócrates-.

Desde ese no-saber se puede acceder a comprensiones más amplias, comprensiones que trascienden el funcionamiento intelectual; comprensiones totalizadoras -que pueden prescindir de lo sígnico y simbólico, y por lo tanto de lógicas formales-.


La Nube del No Saber

En las palabras interpreto. La interpretación es eso: interpretación, y no "la verdad", o "la realidad".


Cuando reconozco lo que es mera creencia e interpretación, ese reconocimiento de que no sé, es des-confusión,

ya que la creencia que no da el paso siguiente, hacia la experiencia con lo que se cree e interpreta, frena el crecimiento en el proceso en el que se esta.

Ese no saber permite dejar de lado en el camino hacia los espacios altos internos todo aquello que enturbia el contacto con la plena conciencia y su intencionalidad.

Intencionalidad que va de la mano siempre con la conciencia y que permite despertar en contacto con ella.

Desde ese contacto se traduce lo mejor que puede aportar el ser humano al mundo, a la sociedad, y hacia sí mismo y su entorno inmediato.


Gurdjieff

George Gurdjieff, entre otras cosas, decía que las cosas importantes que uno debería saber son muy pocas,

pero para saber ese poco, uno primero debe saber mucho; algo así decía.

Y se me hace a mi que debe ser como cuando en un proceso químico de laboratorio,

se van concentrando las sustancias y se va decantando lo no ya útil;

donde se va concentrando aquello de valor, lo que uno va registrando que vale la pena retener en el momento,  igual que en la vida cotidiana de uno;

y va decantando aquello que no le sirve y le resulta perjudicial ya para el proceso en marcha;

y al final de ese proceso químico lo que queda es una sustancia concentrada útil, y estará desechado todo lo superfluo e inútil.

Eso me parece que quería decir Gurdjieff en esa oportunidad.

Sócrates

Y no se si no seguimos reduciendo ese saber no llegamos a lo que decía Sócrates, algo así como:

"Solo se que no se nada".

Lo que en "La Apología de Sócrates" Platón pone en su boca, es más precisamente: "... Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras que no sabe [nada]. Por otra parte, yo, que igualmente no sé [nada], tampoco creo [saber algo]...".

Es quizás una paradoja del conocimiento que cuanto más sabemos, más sabemos que ignoramos saber. 

Al ampliarse el campo de visión, se amplia el terreno de lo no conocido y la posibilidad de conocer.

Podríamos decir a su vez, que el "saber" encadena. El creer que uno sabe encadena.

El saber que uno no sabe en cambio libera, abre los caminos cerrados por los prejuicios, por las creencias que se nos presentan ante nuestra mente como realidades indubitables.

En esas cosas importantes que uno debería saber que son muy pocas, según el concepto de Gurdjieff, podemos ir seleccionando, y liberando a la mente de prejuicios y creencias, que solo peso muerto para la conciencia son; o lo que es peor, peso vivo y activo que la entorpecen y oscurecen.

Y en esas últimas reducciones, podemos ir tomando contacto con esa "nube del no saber", de la que en su "Teología mística" hablara el Pseudo Dionisio, de la llegada a la cima donde reina el divino silencio;

es decir, llegar a la "nada", a la conciencia plena, libre de signos y símbolos, 

y a distancia de todos los estímulos que se le presentan,

es decir, percibiendo los estímulos que le llegan, más sin hacer ninguna interpretación ni sígnica (lenguaje) ni simbólica (imágenes abstractas o alegóricas) de ellos.

Claro que, me pregunto: ¿Para que sirve, que utilidad puede tener eso?...

Que yo sepa no tiene ninguna utilidad práctica.

Lo que si puede ser interesante ese tipo de experiencias de tomar distancia de todos los estímulos que vamos sintiendo y percibiendo, 

sobre todo en el caso de que estemos "chupados", "succionados" por determinados estímulos provenientes del mundo externo a través de los sentidos, 

o de estímulos provenientes del mundo interno como imágenes, emociones, sensaciones corporales, pensamientos recurrentes, que estemos registrando en ese momento como negativos. 

En ese caso puede ser interesante lograr hacer ese "vacío" a los estímulos negativos que estamos experimentando.

Puede ser interesante experimentar de alguna forma ese vacío, ese silencio pleno.

Puede ser interesante también para alejarse un poco del pensamiento dualista, de tomar bandos,

ya que al no estar apegados a imágenes o estados emotivos, la posibilidad de flexibilidad mental se debe ampliar bastante.

Y desde ahí quizás poder ampliar la sensación de estar conectados con todos los seres humanos que nos rodean, 

la sensación de estar conectados con todos los seres vivos, con la vida en toda su expresión, 

y sentirnos como parte ínfima más también plena del universo en que estamos flotando sumergidos en su cálida inmensidad.

Sí, debe ser lindo.

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Texto ampliado el día 17-04-2018 a las 19:20 Hs.
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