sábado, 18 de junio de 2011

Petróleo - Jorge Agustín Romero - 18-06-2011

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Petróleo - Jorge Agustín Romero

Estancarse allí, en ese hueco desolador de la razón
esperar (esperanza anuladora) succionando el jugo de otros pozos.

Porque soy pura presencia allí donde carezco,
digamos en este papel, esta herida, tierra de nadie.

Una escritura, entonces, que contenga mi ausencia
mi imaginería siempre sola y horrorosa.

Será que ya no puedo escribir y es tan triste
tan hondo este cavar, este darse siempre como una caída
este bestial retener de un ala a la paloma
esta violencia, este susto
¿esto es el parto o el aborto?
¿adónde irá a parar toda esta basura?

Como un uso abusivo de lo tremendo
el fomento de una sociedad y
el formato público de mi corazón (abúlico y otario)
la proyección siempre perdida de mi cara en los charcos.

Darse vuelta y notar en anhelado sur o derrumbe
que perdí tantas cosas que no recuperaré
un padre, la escritura, lo íntimo
el pasaje desesperante donde esconderme
de la bailanta atroz y enigmática del entorno.

Pero hay que saber morir, dejar soltar algo
manifestarse en movimiento suicida o vivificante
en esa herida real, radical que nunca se cierra
…….y esa ruina, esa ilusión…….
antro donde ejercemos el amor (antropofagia) y un llanto distinto
acto de añadidura como cosa muerta, como costra leal y corrosiva.

Un amor cortés, sucio, coerción que imponga mi perdición
perder la gobernabilidad de sí deseando,
desear siempre hasta que muera, insatisfecho y solo
cuerpo vacante, sí, objeto de donación
son estos mis estragos, las heridas que demanda la ausencia.

Puedo decir que lloro (una forma prostituta de ofrecerse)
que no encuentro esa playa virgen donde ejercía violaciones
(escribir, ensayo de muerte o plan de lucha).

Puedo decir que anochece y la posición de mi identidad es dudosa
ni siquiera la sombra que proyecta una luz,
ni siquiera ese rostro que jamás volví a ver y del cual me había enamorado
……y esta ruina, esta ilusión……
estos restos de mí que expongo por última vez.

Jamás sabré si mis dijes fueron exactos,
sujeto de la espera, si llegara la respuesta
podría morir sin contradicciones, sin duelo, crepuscularmente
como un mar que se ennegrece y expulsa, melancólico, su basura hacia la orilla.

Esa basura soy, sí.

Si hoy yo muriera, ¿lo sentirían? ¿cuánto tiempo?


Extraído del muro de Liz Balut Ubú en Facebook
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